El ministro español de Economía, Luis de Guindos, está convencido de que su colega Cristóbal Montoro ya investiga si las 29 multinacionales que firmaron acuerdos secretos con el Gobierno de Luxemburgo y operan en España utilizaron esos pactos para desviar sus beneficios al Gran Ducado y reducir su factura fiscal. “Estoy convencido de que la Hacienda tributaria, dentro de su independencia, lo está haciendo ya”, aseguró durante su participación en el Consejo de ministros de la Unión Europea.

Lo que no quiso valorar el ministroes cuánto dinero podrían haber dejado de ingresar las arcas españolas por estos acuerdos. “No tengo ni idea”, respondió al ser preguntado por posibles estimaciones. “Hace falta muchisimo más análisis y cualquier cifra que yo les adelantara sería una frivolidad al respecto”, zanjó.

Entre las compañías que operan en España y que habrían cerrado tax rulings, los pactos fiscales secretos que les garantizaban una tributación limitada durante un número de años, figuran varias firmas de capital riesgo e inversión, bancos como HSBC, y grupos como Mcgraw-Hill en cuyas manos está la agencia de capital riesgo Standard&Poors.

Ayer Guindos, prudente a la hora de valorar las repercusiones políticas del caso para el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker -que era primer ministro de Luxemburgo cuando se firmaron los pactos- insistió en que lo importante es determinar si hubo distorsiones y reasignación de beneficios dentro de la Unión Europea. “Prejuzgar me parece inadecuado”, zanjó.

Quien no tiene dudas de que Juncker tiene que salir a dar la cara la próxima semana durante la minisesión plenaria son los grupos minoritarios de la Eurocámara. Desde los Verdes hasta la Izquierda Unitaria Europea lo han reclamado aunque todo dependerá de si logran atraer al grupo de los socialdemócratas. De momento los socialistas españoles parecen tenerlo claro. El secretario general del partido, Pedro Sánchez, reclamó ayer al luxemburgués que comparezca. Por otra parte, Pablo Iglesias, eurodiputado y líder de Podemos fue más allá y anunció que su grupo se plantea incluso presentar una moción de censura. “No debe seguir un minuto”, advirtió ayer a través de un comunicado.