GASTEIZ - Ni los incentivos ni las reformas han logrado reactivar la contratación indefinida en el Estado español. Prácticamente el 95% de los contratos que se firman son temporales, con una menor presencia de nuevos empleos fijos que antes de la crisis. Entre enero y septiembre de este año se han suscrito 683.000 contratos indefinidos en el Estado, casi 300.000 menos que en 2007, lo que supone una caída del 30%. Aunque la CAV no escapa a la alta temporalidad, sí resiste mejor la contratación fija, que baja menos del 15% en siete años. Esto se traduce en que el total de asalariados indefinidos también aguanta mejor en Euskadi, con un descenso de solo siete décimas frente al bajón cercano al 7% en el Estado.
Tanto el mercado laboral español como el vasco han seguido durante la crisis un patrón que puede parecer contradictorio. A pesar de que prácticamente solo se firman contratos temporales, la tasa de temporalidad -porcentaje de trabajadores eventuales sobre el total de asalariados- ha ido cayendo año a año. Y es que este tipo de contrato tan socorrido para el empresario también es el que más rápido se finiquita, por lo que la destrucción de empleo se ha cebado en mayor medida con el colectivo de eventuales. De esta forma, el total de asalariados españoles con contrato indefinido ha bajado durante la crisis en mucha menor proporción que los temporales, ya que se han perdido menos de un millón de empleos fijos y casi dos millones de puestos temporales, según datos del INE. Antes de la crisis uno de cada tres asalariados españoles era eventual, y ahora lo es uno de cada cuatro.
En la CAV sucede algo similar. La nueva contratación es básicamente temporal, aunque a la vez se destruye un elevado número de empleos con fecha de caducidad. Así, desde 2007 se han perdido más de 60.000 puestos eventuales, y la tasa de temporales sobre el total de asalariados ha caído del 28,7% al 22,4%. Esta evolución no es en sí misma un dato positivo ya que es producto, en todo caso, de la pérdida de ocupados. Es más, la elevada destrucción de empleo temporal es el reflejo de un subtipo de contratación breve y precaria que facilita enseguida el retorno a la cola del desempleo.
Pero la CAV sí se diferencia del resto del Estado por el comportamiento de los empleos indefinidos, que presentan un balance menos negativo tanto en el lado de la contratación como en el de los despidos. En el caso de la creación, las empresas vascas firmaron entre enero y septiembre de 2007 un total de 32.500 contratos indefinidos, y este año han sido menos de 28.000, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE). La diferencia es significativa, un 14,5% menos, aunque si se compara con la caída de los nuevos empleos temporales, superior al 12%, y del volumen de contratación -un 12,34% menos- se puede decir que el batacazo no lo es tanto.
En 2014, el total de contratos es significativamente menor que en 2007, con casi 80.000 menos, pero el impacto de la crisis queda repartido en términos porcentuales -en cifras absolutas la caída se asienta en los eventuales por su mayor presencia en las contrataciones-, con un importante descenso también de los nuevos empleos temporales.
En el conjunto del Estado sí se produce un frenazo en seco de los contratos laborales indefinidos, ya que retroceden entre 2007 y 2014 una tercera parte con 300.000 menos. Por su parte, el nuevo empleo eventual desciende solo un 7,6%, reflejo de que en el mercado laboral español la crisis sí ha hecho tambalear la arista del empleo más estable.
Y eso a pesar de las reformas emprendidas desde Madrid para intentar animar a los empresarios a contratar de manera permanente. Ni las bonificaciones a la Seguridad Social ni la reducción del coste del despido introducida en la última reforma laboral parecen suficiente en tiempos todavía de mucha incertidumbre para las empresas.
el peso de la industria El pasado viernes el consejero vasco de Empleo, Juan María Aburto, hacía un llamamiento en el Parlamento Vasco a mejorar la calidad de los nuevos puestos de trabajo, alertando de que, aunque la ocupación comienza a repuntar, lo hace en base a contratos temporales y a jornada parcial. Por ahora es el sector servicios el que tira del mercado laboral vasco, con la industria aún titubeante. Parece sin embargo que el sector manufacturero afronta un punto de inflexión este año y que en 2015 la actividad podría crecer cerca del 3%, según las previsiones del Gobierno Vasco. Sería un espaldarazo al empleo indefinido, ya que la industria es el sector que por lo general da pie a una mayor estabilidad laboral.
El mayor peso del sector manufacturero en Euskadi, donde una cuarta parte del PIB depende de esta actividad, es uno de los pilares que ha permitido mantener mejor el tono al empleo indefinido durante la crisis. La industria da trabajo a cerca de uno de cada cinco ocupados de la CAV, mientras que en el Estado esta rama de trabajo al 8% del total. Desde 2007 la economía española ha perdido 800.000 asalariados con contrato indefinido, cerca del 7%, mientras que la economía vasca ha asistido a una mínima reducción de este grupo de apenas el 0,7%.
De los casi 70.000 puestos asalariados destruidos en estos siete años, apenas 4.100 eran empleos fijos, de manera que en la CAV se conservan 563.000 trabajadores con contrato indefinido. Esta resistencia contrasta con la fuerte corrección del colectivo de eventuales, próxima al 29%, que mantiene a la baja la tasa de temporalidad.