Bilbao - La primera pepita de oro hallada en el aserradero de Sutter’s Mill desató una de las fiebres del oro más iconográficas de la historia. En pocos años hasta California llegaron en torno a 300.000 personas en busca de la riqueza que podía proporcionarles el preciado metal, lo que propició un crecimiento tal en la región que acabo por incorporarse como un estado más a los EEUU. Más de siglo y medio después además de los metales es la búsqueda de hidrocarburos la que desata nuevas fiebres del oro, oro negro. Con los recursos naturales limitados y el consumo al alza, las empresas del sector buscan nuevos pozos vírgenes que explotar.
El fondo marino vasco, por su situación geológica, es candidato a albergar gas o petróleo. De hecho hay precedentes, como el de La Gaviota. Dos de las multinacionales del sector están convencidas de que así puede ser y han dado el primer paso de un proceso largo y muy costoso para averiguarlo. En concreto, las filiales españolas de las petroleras Shell (Holanda) y Cairn Energy (Reino Unido) han solicitado formalmente y de forma conjunta permisos para investigar si el lecho marino situado a cien kilómetros de la costa vasca contiene o no los preciados hidrocarburos.
Al tratarse de espacio situado bajo aguas españolas las competencias corresponden al Gobierno español. Por ello, ayer fue el Ministerio de Industria, Energía y Turismo el que publicó en el Boletín Oficial del Estado que las dos citadas empresas han realizado ya la solicitud, con fecha del 1 de agosto de 2013. Es el proceso habitual antes de otorgar o no los permisos de investigación pertinentes. Ahora se abre un plazo de dos meses para presentar alegaciones o para que otras empresas competidoras hagan lo propio.
Shell y Capricorn, la filial de Cairn Energy en el Estado, han pedido permisos para investigar cinco puntos geográficos situados frente a las costas de Euskal Herria en el Cantábrico. Ello no implica que los vayan a conseguir. Se trata solo de un primer paso. Como si de un tablero de juego se tratara, las empresas han pedido autorización para realizar prospecciones en cinco bloques que, vistos con un mapa en la mano, resultan cuadrados. Es el proceso habitual, pero, ¿por qué elegir esos cinco puntos concretos?
Riqueza natural No es algo aleatorio. Esta zona de Europa contiene varias fallas geológicas. Coincide con la unión de dos de las placas continentales, la placa Ibérica y la placa Europea, que crearon los Pirineos. Los puntos que estas dos empresas pretenden investigar se corresponden con una de las fallas que nos rodean. Falla que, sobre tierra firme, ya ha proporcionado pozos de petróleo y de gas. Es por ello que hay una cierta expectativa sobre si bajo el mar Cantábrico puede albergar también gas o petróleo.
Esa es la explicación a la solicitud de permisos formulada. De obtenerlos, las empresas iniciarían las prospecciones. Se realizarían a unos cien kilómetros de la costa, en los puntos marcados y denominados Mesana 1, Mesana 2, Mesana 3, Mesana 4 y Mesana 5, según consta en el BOE. En esos puntos la profundidad del Cantábrico alcanza los 1.300 metros por lo que el proceso requiere unas técnicas y maquinaria avanzadas. Es, además, muy costoso económicamente, por lo que es habitual que las empresas realicen este tipo de prospecciones de forma conjunta.
Aunque no ha trascendido cómo se realizaría ese estudio, lo cierto es que suele ser habitual que se utilicen ondas acústicas para ello. Las ondas se lanzan tierra adentro y del rebote obtenido, captado por hidrófonos, se puede conseguir plasmarlo en una imagen que demuestre qué es lo que la esconde el subsuelo y, en este caso, si hay o no hay hidrocarburos obtenibles.
No es la primera vez que en Euskadi se realizaría algo similar ya que hay un precedente frente a la costa de Bermeo. A ocho kilómetros de la costa, al noroeste del cabo Matxitxako, se encuentra la plataforma conocida como La Gaviota, visible desde la localidad costera. Fue en la década de los 70 del siglo pasado cuando se inició la exploración en el Golfo de Vizcaya en busca de posibles bolsas de hidrocarburos. Años más tarde se localizó una bolsa y se procedió a construir esta plataforma para su extracción.
La Gaviota empezó su producción en 1986 y las reservas, tras haberse extraído unos 10 millones de metros cúbicos de gas natural, se agotaron ocho años después. Ahora ese yacimiento se utiliza como un depósito natural de gas importado.
La petición de investigar si frente a las costas vascas existe gas o petróleo no es un caso aislado ya que en Estado la fiebre del oro negro parece haberse extendido en los últimos años. Desde 2008 se han triplicado los permisos y las solicitudes de exploración de yacimientos. El ministro de Industria, José Manuel Soria, indicó ayer que Repsol iniciará “a finales de noviembre” sondeos petrolíferos a unos 60 kilómetros de las costas de Canarias.