MADRID - La Comisión Europea parece atisbar un carácter electoralista de la reforma fiscal anunciada por el Gobierno español y no ha tardado en mostrar su preocupación por los efectos negativos en la recaudación fiscal de una rebaja de impuestos, básicamente en el IRPF, anunciada por el Ejecutivo del PP. Ayer, la CE valoró la propuesta del Gobierno de Mariano Rajoy, y tras señalar que faltan detalles por definir, afirmó que ignora las recomendaciones de Bruselas de subir impuestos indirectos como el IVA y, lo que es más importantes para los representantes comunitarios, pone en peligro el cumplimiento de los objetivos de déficit.
España se ha comprometido con la Unión Europea a situar el déficit público de 2014 en el 5,8% del PIB; el del 2015, en el 4,2% y el de 2016, en el 2,8%. Para hacerse una idea esto supone que pese al ajuste efectuado, España gastará en 2016 unos 30.000 millones de euros más de los que ingresa, aumentando la deuda total que superará el billón de euros.
Las últimas previsiones macroeconómicas de la CE ya advertían al Gobierno Rajoy de que, para el año que viene, la cifra se distanciaría en más de 19.000 millones de euros del objetivo (estaría en el 6,1% frente al 4,2% marcado). Sin embargo, Bruselas ha presionado a Madrid para que la reforma fiscal fuese en la línea de intentar incrementar los ingresos tributarios para tapar el agujero presupuestario. Bruselas cree ahora que no va a hacerlo.
“Albergamos varias preocupaciones porque las medidas anunciadas podrían hacer más difícil para España el cumplimiento de sus compromisos de consolidación fiscal”, señalaron ayer fuentes comunitarias.
Mediante un comunicado, la Comisión Europea apuntó que “el Gobierno español no ha anunciado ningún trasvase de la carga fiscal desde las contribuciones a la Seguridad Social de las empresas hacia los impuestos indirectos, -caso del IVA o los impuestos medioambientales-, tal y como recomienda el Consejo para poder crear empleo”.
En todo caso, y pese a la incredulidad europea, la rebaja de impuestos en España no es tanta como pudieras parecer porque ahora se están conociendo detalles que no van precisamente en la línea anunciada el viernes por el Gobierno del PP caso, por ejemplo, de la mayor carga fiscal que tendrán que soportar las indemnizaciones percibidas por un trabajador despedido.
La letra pequeña de la reforma fiscal, que explicó ayer el equipo del Ministerio de Hacienda español con Cristóbal Montoro a la cabeza, oculta una gran cantidad de restricciones y limitaciones a su aplicación Las más destacadas se refieren a las citadas indemnizaciones por despido, que afectan al IRPF, a las aportaciones a planes de pensiones y la exención por el cobro de dividendos de empresas, entre otras.
Ante todo hay que aclarar que Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa tienen comptencias fiscales en temas como el IRPF o el Impuesto de Sociedades por lo que en principio la mayoría de las medidas del territorio común aprobadas por Madrid no afectan a los territorios forales vascos. Así, por ejemplo, la limitación a un máximo de 8.000 euros a las aportaciones a los fondos de pensiones no contemplan que, por ejemplo, en la CAV su figura equivalente: la EPSV tiene limitada a 5.000 euros el máximo exento.
También se va a eliminar en España la exención de tributación de los primeros 1.500 euros de dividendos, que beneficiaba a los inversores más humildes. El Gobierno argumenta para eliminar esta deducción que se trata de rentas ya cobradas, por lo que eliminar la exención es una cuestión de equidad. También desaparece en España la diferencia entre plusvalías a menos de un año (que ahora van al tipo de cada contribuyente) y a más de un año (que van al tipo del ahorro). A partir de 2015, el tipo del ahorro se aplicará a todas.
Despidos. Las indemnizaciones por despido tributarán en el IRPF español a partir de los 2.000 euros por año.
IVA. Aunque sube el impuesto a productos sanitarios del 10% al 21% se mantendrán para lentillas, gafas, muletas, sillas de ruedas.
Fondos de pensiones. Sólo las aportaciones en España hasta 8.000 euros anuales quedarán exentas. En la CAV están las EPSV con un máximo exento de 5.000 euros
Banca. Las entidades financieras seguirán tributando en el Impuesto de Sociedades con un tipo nominal del 30%. Sin embargo, lo que se busca es beneficiar a la banca. El objetivo es que los bancos puedan seguir contabilizando los créditos fiscales con el tipo del 30% en vez de con los nuevos tipos más bajos.
Autónomos. Madrid rebajará la retención en el IRPF a los profesionales del 21% actual al 19% y creará un tipo nuevo del 15%.