Gasteiz - El récord de empleo en abril despertó los hurras del Gobierno español, que no se detuvo en segundas lecturas ante la proximidad de las elecciones europeas. No dijo el Ejecutivo que el milagro de abril se asienta casi exclusivamente sobre el turismo, como demuestra la caída de casi 100.000 afiliados a la Seguridad Social los dos últimos días de abril, una vez concluida la semana del lunes de Pascua. El efecto del Primero de Mayo, que al caer en jueves prolongó la visita de turistas hasta los primeros días de este mes, impidió un desplome más acusado y dejó el balance positivo de abril en 149.500 afiliados -133.000 si se comparan la media de marzo y la de abril-.
La economía vasca y la española crecen prácticamente lo mismo -0,3% del PIB Euskadi y 0,4% España en el primer trimestre- pero los números de empleo del Estado en el inicio de año han sido mejores, en especial en abril. En los cuatro primeros meses del año, los servicios de empleo estatales han registrado un tímido descenso de 15.000 desempleados, mientras que en Lanbide el paro ha subido en más de 10.000 personas. La evolución contraria está condicionada por diversos factores sociales como el constante descenso de la población activa en el Estado por la emigración, pero sobre todo por la distinta huella que ha dejado la Semana Santa en uno y otro territorio.
Hasta marzo, el desempleo se había cobrado 100.000 nuevas víctimas en el Estado, pero el descenso de abril dio la vuelta a la tendencia. A pesar del débil crecimiento de la economía española, la Seguridad Social cerró el mejor mes de abril desde el año 2005, como insistentemente recordó el Ejecutivo de Rajoy. Pero es revelador a qué responde este incremento de la afiliación. Analizando la evolución día a día, se observa que tras el boom del primer día de abril, con un aumento de la afiliación de 85.000 personas como anticipo al periodo vacacional, el empleo se mantiene constante la primera semana del mes hasta el lunes 7. A partir de ahí se da inicio a una curva ascendente que incluye la Semana Santa y la semana de Pascua y que culmina el lunes 28, cuando el saldo acumulado en el mes roza las 250.000 nuevas afiliaciones.
El turismo, un año más, cumplió con su papel tractor en el mercado laboral español, y de hecho el sector hostelero ha señalado que ha sido un año récord en número de visitantes y nivel de ocupación hotelera.
En dos días, el 29 y el 30 de abril, la afiliación se desploma. El saldo de cotizantes baja en casi 98.000 en el inicio de una semana que, en todo caso, aún conservaba la peculiaridad del Primero de Mayo, que al caer en jueves daba lugar a un puente de cuatro días. La cercanía de este festivo con la semana de Pascua fue un elemento que amortiguó la caída en la Seguridad Social.
El desplome del empleo en apenas dos jornadas, en las que se destruye el 40% de la afiliación ganada en el mes, es un buen indicador de la escasa estabilidad de los puestos generados en el mercado laboral español. La hostelería volvió a ser el sector estrella de la Semana Santa en el Estado con la mitad de los nuevos empleos de abril, de manera que el peso del descenso del paro registrado recayó sobre los servicios. Más allá de que el 90% de los contratos de abril fueran temporales, el tipo de contratación fue además de una duración muy breve, como refleja el bajón de final de mes. En algunas comunidades la temporalidad fue incluso más elevada, alcanzando el 96% en Andalucía.
A pesar del componente estacional y de la inestabilidad y la precariedad asociadas a la hostelería, la ministra Fátima Báñez no dudó en aprovechar las cifras de abril para remarcar que "certifican el camino de la recuperación". Mayo y, sobre todo, septiembre, una vez concluido el periodo estival, pueden volverse en contra de las afirmaciones de la ministra.
Mejor en la CAV Con 1,3 millones de cotizantes, el sector hostelero engloba a más del 8% de los trabajadores del Estado, poco por debajo del sector industrial, que da trabajo al 11%. Cifras alejadas de la realidad de la CAV, donde el 20% de los ocupados trabaja en la industria mientras que menos del 7% lo hace en hoteles y restaurantes. Esto explica, en parte, por qué en Euskadi abril no fue nada agradecido para los números de paro, con apenas 75 afectados menos. Aunque el turismo ayuda en determinados periodos, la hostelería no tiene el peso suficiente como para corregir los titubeos de la industria y la construcción.
En todo caso, la evolución a lo largo de la crisis ha sido mejor en la CAV en todos los grandes sectores. Desde 2009, la Seguridad Social ha perdido 82.000 afiliados vascos, un 9% -desde abril de 2013 se han perdido 1.300-, mientras que en el conjunto del sistema se han perdido un 10,2%.
La construcción ha visto desaparecer en cinco años casi la mitad de sus afiliados en España, mientras que en la CAV se han destruido el 37% de los empleos. En el comercio vasco se ha perdido un 5,8% del empleo, mientras que en España la caída es del 6%. En la industria manufacturera la diferencia es muy pequeña en favor de la CAV, con importante destrucción de empleo en ambos casos, si bien el bagaje industrial con el que partía Euskadi hace que una cuarta parte del PIB aún dependa de este sector. En la rama sociosanitaria y la hostelería ha crecido más la ocupación en Euskadi que en el Estado desde 2009.