BRUSELAS - España y otros 10 Estados miembros, entre ellos Alemania, Francia e Italia, anunciaron ayer un acuerdo político de mínimos sobre la hoja de ruta para poner en marcha una tasa a las transacciones financieras.
El nuevo gravamen se implantará por fases, empezando por las acciones y algunos derivados, para evaluar su impacto económico y su puesta en marcha se retrasa al 1 de enero de 2016 y aportará 640 millones de euros a las arcas públicas en 2015. "La primera fase de la tasa a las transacciones financieras armonizada deberá aplicarse como muy tarde el 1 de enero de 2016", anunció durante el Ecofin el ministro austriaco de Finanzas, Michael Spindelegger, que actuó como portavoz del grupo de los 11.
No obstante, el diseño definitivo de la tasa con soluciones viables deberá estar listo a finales de año. Los países que pretenden implantar la denominada tasa Tobin, prosiguió el ministro austriaco, acordaron empezar gravando las acciones y algunos derivados. El objetivo es que cada paso hasta la plena aplicación de la tasa se diseñe de forma que tenga en consideración que hay muchos impactos económicos sobre los que hay que ser muy cuidadosos.
Finalmente, si algunos de los Estados miembros participantes quiere gravar productos no incluidos en este acuerdo para mantener tasas nacionales existentes, estarán autorizados a hacerlo. Estos principios aparecen recogidos en una declaración conjunta suscrita por los países participantes. Eslovenia no suscribió la declaración por la caída del Gobierno y la convocatoria de elecciones, con lo que el grupo podría quedarse en 10 países. El ministro de Economía, Luis de Guindos, dijo que el acuerdo es un mínimo denominador común entre las posiciones de los países participantes y sostuvo que la tasa será prudente y cauta.
"Vamos a analizar el impacto de la tasa en cada uno de los pasos que vamos a dar porque somos plenamente conscientes de las posibles consecuencias que esta tasa puede tener en los flujos de capital", apuntó de Guindos. - E.P.