MADRID. Según datos del operador del mercado Omie, el precio medio del mercado mayorista en abril se ha situado en 26,44 euros el megavatio hora (MWh), por debajo de los 48,48 euros el MWh fijados por el Gobierno en enero de manera provisional y que todavía aplican la mayoría de las eléctricas.

Desde el 1 de abril está en vigor el nuevo modelo de tarifa, por el que el precio de la energía se vincula directamente al mercado mayorista, aunque el Gobierno ha dado a las comercializadoras un periodo de tres meses para que adapten sus sistemas.

Esto implica que las eléctricas pueden continuar facturando con el precio provisional hasta el 1 de julio, aunque tendrán que ajustar los recibos con posterioridad para que los consumidores paguen conforme al nuevo modelo.

Hasta ahora, solo E.ON España ha anunciado que empieza a aplicar las nuevas tarifas, por lo que prácticamente todos los clientes acogidos a los precios regulados tendrán que ser refacturados, en este caso, a su favor, debido a que en abril el precio de mercado ha estado por debajo del fijado por el Gobierno.

Esta situación no es nueva, ya que las eléctricas advirtieron desde el primer momento de que el nuevo modelo de tarifas era muy complejo y que su aplicación llevaría algún tiempo.

De hecho, la adaptación que están poniendo en marcha actualmente las eléctricas se corresponde con lo que se podría llamar una "primera fase" de la nueva tarifa, en la que los clientes pagan en función de unos patrones de consumo que elabora Red Eléctrica.

Esto significa que el operador del sistema calcula en qué momento del día consume más o menos cada tipo de usuario y le aplica proporcionalmente el precio que haya arrojado el mercado mayorista, independientemente de cuándo haya demandado de manera real.

Este modelo provisional se superará en la "segunda fase", en la que los consumidores domésticos pagarán lo que consuman al precio que marque el mercado mayorista en ese momento.

El mercado mayorista sufre importantes oscilaciones a lo largo del día, de manera que los usuarios pueden aprovechar los precios más bajos que se producen, por ejemplo, durante la noche, para realizar los consumos eléctricos más importantes (lavadoras o lavavajillas).

Para aplicar este modelo es necesario que los contadores inteligentes estén operativos, pero hasta la fecha solo hay instalados unos ocho millones y, además, no están programados, a lo que se une que su funcionamiento efectivo no es obligatorio hasta 2018.

Esta es la segunda devolución que tendrán que realizar las eléctricas este año, después de la correspondiente al primer trimestre, que todavía está pendiente de efectuarse.

Tras la anulación de la subasta Cesur de diciembre, que debía fijar el precio de la energía para el suministro a tarifa durante los tres primeros meses del año, el Gobierno estableció un precio de referencia para ese periodo, que después debía regularizarse.

Finalmente, el precio fijado por el Gobierno (48,48 euros el MWh) fue muy superior al del mercado mayorista en el primer trimestre (26,09 euros el MWh), por lo que las eléctricas devolverán la diferencia a sus clientes en la próxima factura.

Según cálculos preliminares del sector, un hogar acogido a la tarifa regulada con un consumo de 1,5 megavatios hora (MWh) en los tres primeros meses del año ha pagado 33,6 euros de más en ese periodo, una cantidad varía en función del consumo y del tipo de cliente.