bilbao - Se acerca el periodo de exámenes para los sindicatos vascos, que medirán en las urnas tras el verano el grado de aceptación de cada estrategia. Entre septiembre y mayo de 2015 empresas y administraciones de la CAV elegirán a unos 10.500 representantes sindicales en el periodo concentrado de elecciones, que pone en juego a más de la mitad del total de delegados -casi 18.900 a cierre de 2013-. ELA busca refrendar su supremacía, lo que daría un espaldarazo a un discurso de confrontación que levanta ampollas en instancias institucionales pero que parece contar con el apoyo de los trabajadores. CCOO intentará acortar distancias con la central mayoritaria, hacia la que ha endurecido sus críticas tras el 7 de julio, mientras que LAB quiere acelerar una progresión que le sitúa cada vez más cerca de ser el segundo sindicato vasco. UGT, en línea descendente, se reivindica como un agente útil a la hora de lograr acuerdos.
Las cuatro grandes centrales se juegan mucho en el inminente periodo electoral tras un largo ciclo de crisis y de reformas en el que el panorama laboral ha cambiado por completo. El vacío regulatorio en el que han caído miles de trabajadores tras el 7 de julio, cuando decayó el manto protector de los convenios de sector, rediseña el campo de batalla en el que se deciden las condiciones de trabajo y cambia también el papel de cada sindicato.
Con un número muy reducido de acuerdos sectoriales, cuyo valor además es secundario en relación al convenio de empresa, lo que se firma en cada centro de trabajo es fundamental. Este es el eje de la estrategia de ELA, que lleva más de dos años volcado en ganar terreno en cada empresa para encarar en mejor posición cada batalla particular. El primer sindicato, con 7.500 delegados y casi el 40% de la representatividad en la CAV, abandonó muy pronto la idea de cerrar un acuerdo general con la patronal vasca para renovar todos los convenios sectoriales, lo que le ha reportado muchas críticas institucionales, empresariales y de otras centrales. La mayor parte de los convenios de sector en los que ELA tiene mayoría no han sido renovados.
La nueva etapa es propicia para el sindicato de Adolfo Txiki Muñoz. La fuerza y la capacidad de presión de cada organización en cada empresa va a ser fundamental a la hora de negociar, sobre todo cuando no haya actualizada una referencia sectorial, y ahí la estructura y la caja de resistencia de ELA suman puntos a favor. La central abertzale puede acusar, eso sí, las críticas recibidas por no participar en foros de diálogo social y por tensar la cuerda del conflicto en las empresas hasta situaciones límite.
En los escasos comicios celebrados en 2013, mantuvo el 39,68% de la cuota en la CAV conservando una brecha de 20 puntos con CCOO. ELA es mayoritario en los tres herrialdes pero la mayor cuota la tiene en Gipuzkoa, donde es el sindicato principal en numerosas firmas. En Bizkaia controla empresas importantes como Petronor y es el más representivo en el sector público vasco. Su asignatura pendiente es Nafarroa, donde maneja el 21% de los delegados, si bien suma mayoría clara en el conjunto de Hego Euskal Herria con el 35%.
Su responsable de Elecciones Sindicales, Txema Laiseka, cree que ELA "está mostrando el camino a seguir en esta pelea", que pasa por organizarse en las empresas. "Después de que la ley le ha dado todo, ¿alguien se cree que la patronal va a hacer concesiones en un acuerdo interprofesional?", se cuestiona Laiseka en referencia a los intentos abanderados por CCOO y UGT para salvar los convenios de sector. "No renunciamos a firmar aquellos convenios sectoriales que no incluyan retrocesos en las condiciones, pero siendo conscientes de que es en la empresa donde realmente se garantizan las condiciones".
En el actual escenario, para ELA es vital la confrontación, y censura que bajo la disposición de algunas centrales a suscribir convenios se esconden "otros intereses que no son los de la clase trabajadora". "¿Para qué está un sindicato si no es para confrontar, para pelear hasta donde se pueda?", opina el portavoz de ELA, que se marca otros dos grandes retos más allá de consolidar su supremacía en la CAV. Por un lado, aumentar su influencia en las pequeñas empresas en las que no hay representación sindical y, por otro, crecer en Nafarroa para "contrarrestar la postura de CCOO y UGT, siempre pegados al poder".
la apuesta por el acuerdo CCOO encara el periodo electoral tras haberse mostrado como la central más proactiva en la búsqueda de un acuerdo para salvar los convenios. Ha lanzado duras críticas hacia ELA, al que ha acusado de practicar un sindicalismo "neoliberal" y "de derechas". En 2013 bajó unas pocas centésimas su representatividad, ahora en el 19,64%, pero eso no tiene por qué ser sintomático de lo que vaya a pasar en el grueso de elecciones. Representa un sindicalismo más moderado generalmente en unidad de acción con UGT, aunque en Euskadi está aguantando mejor el tipo que su socio socialista.
"En estas elecciones nos jugamos el ser o no ser de la negociación colectiva en Euskadi", afirma Mari Cruz Vicente, de CCOO-Euskadi. El segundo sindicato afirma que la estrategia de ELA no da resultado. "En los sectores donde tenemos una presencia importante se han conseguido convenios. ELA mantiene 45 convenios de sector bloqueados y los nuevos convenios de empresa que ha conseguido son escasísimos", afirma Vicente, que no se aventura a pronosticar si la línea de ELA le reportará una caída en los comicios, aunque anima a los trabajadores a "apostar por los sindicatos que defendemos los convenios sectoriales, que son la vía para defender los salarios".
LAB, por su parte, es la central que más crece los últimos años. En 2013 lo hizo casi medio punto porcentual a pesar de que hubo muy pocos procesos electorales, lo que da cuenta de una buena acogida de la lectura que ha hecho la central de la izquierda abertzale de las últimas reformas y el camino para hacerles frente. Se trata de un discurso más equilibrado que el de ELA, más abierto al acuerdo en el ámbito sectorial, aunque intransigente ante ciertas líneas rojas como el arbitraje obligatorio. LAB ha participado en un par de intentos para renovar el marco vasco de convenios pero renunció al acuerdo ante las diferencias de fondo con Confebask.
Roza el 18% de los delegados de la CAV, cada vez más cerca de Comisiones, con un porcentaje superior al 27% en Gipuzkoa, su feudo tradicional y en el que en ciertas zonas es capaz de mirar de tú a tú a ELA. Gorka Berasategi destaca que LAB mantiene los mismos representantes que hace dos años a pesar del cierre de empresas y señala que la buena racha se debe a que "nuestra gente muestra un grado de compromiso que otros sindicatos envidian". El portavoz de LAB destaca el crecimiento en Araba, donde ha incrementado la representatividad casi un punto desde septiembre. Para Berasategi, ELA "tiene serias dificultades para llevar a cabo" su estrategia, lo que le ha valido "un retroceso en su representatividad que le aleja de sus mejores niveles".
Al margen de la evolución electoral de ELA, Berasategi tiene claro que "el sindicalismo abertzale y de confrontación" sale reforzado de la crisis frente al modelo de CCOO y UGT, que "no es alternativa para los graves problemas que sufre la clase trabajadora". "Hay que apostar por los convenios con contenido; no hay que entrar en el juego de la patronal, hay que organizarse y luchar... es lo que toca".
UGT, primer sindicato en Nafarroa, ha perdido influencia en la CAV, aunque su dirección no aprecia un descenso "significativo" en los últimos años. Con poco más del 12% de delegados, se reivindica como una central útil para los trabajadores, en especial para aquellos que han perdido el convenio. "En los sectores donde ELA tiene mayoría absoluta se están perdiendo derechos; allá donde UGT sea mayoritario habrá convenios", dice Maribel Ballesteros, que censura que el plan de ELA de pelear empresa a empresa "le puede dar resultados afiliativos a corto plazo pero a la larga los trabajadores van a sufrir". "Desde el 7 de julio se han firmado una treintena de convenios de empresa. Podemos estar hasta el año 3000 y no habremos conseguido convenios en todas las empresas", lamenta.