Bilbao - La formación continua, es decir, los cursos para mejorar las capacidades de trabajadores en activo, camina en Euskadi desde hace años por el alambre de la discordia. Las acusaciones de algunos sindicatos hacia el modelo de financiación de Hobetuz han instalado la sombra de la sospecha sobre la Fundación Vasca para la Formación Profesional Continua y sobre los agentes que participan en ella. Tras los supuestos fraudes denunciados en la Comunidad de Madrid y en Andalucía, desde Hobetuz dejan claro que el sistema vasco de formación sigue unas pautas de control rigurosas de manera que es prácticamente imposible que nadie reciba ni un solo euro más de los que gasta en organizar cursos.
Hobetuz ha aprobado en el ejercicio 2013 -que finaliza el 30 de junio de 2014- subvenciones por valor de más de 21 millones de euros para un total de 986 planes de formación. Las subvenciones se dividen en dos grandes grupos: las que solicitan las empresas para formar a sus empleados y las que reciben patronales, sindicatos, asociaciones de autónomos o centros de formación para hacer cursos abiertos. Al primer tipo, Hobetuz destinó 4,3 millones, algo menos que en 2012, si bien el nivel de cobertura ha sido ligeramente superior.
Respecto a los cursos que ofrecen los agentes sociales y formativos, se han aprobado en 2013 un total de 496 proyectos con casi 17 millones de euros. Son 3,5 millones menos que en 2012 aunque el número de cursos también ha crecido, si bien en 2012 se subvencionaron, además, 200 actuaciones para detectar necesidades de formación en empresas, incluidas también en el presupuesto de Hobetuz. En 2012 tomaron parte más de 47.000 personas en cursos financiados por Hobetuz entre los que destacan los de idiomas, los de informática y los de recursos humanos -los datos de 2013 aún no están cerrados-.
Los cursos que realizan los centros de formación o los agentes sociales son abiertos, pudiendo acudir hasta un 40% de desempleados. En todo caso, la formación de parados en Euskadi la gestiona Lanbide. Además, Hobetuz convive con el sistema de bonificaciones de la Seguridad Social solo para empresas.
Un sistema propio Hobetuz nace en 1996 a raíz de un acuerdo entre la patronal vasca, los cuatro sindicatos y el Gobierno vasco para fomentar una formación continua propia que responda a las necesidades de las empresas de la CAV y en especial de las pymes, distintas de lo que buscan las compañías españolas. Sin embargo, su financiación siempre ha dado problemas. Dado que en aquellos años la CAV no tenía la transferencia de las políticas activas, Hobetuz convivió con los fondos procedentes del Estado español hasta 2003, año en que pasa a financiarse exclusivamente con dinero de Lakua, además del proveniente del Fondo Social Europeo.
La ruptura definitiva de los sindicatos ELA y LAB, muy molestos con el modelo de formación que se venía gestando, se produce en 2007. El Gobierno vasco cierra un pacto con el Ejecutivo español por el que, de nuevo, Hobetuz recibirá dinero de Madrid. ELA y LAB entienden que el pacto implica convertirse en "ventanilla" del Estado y aceptar el modelo de CEOE, CC.OO. y UGT. Ya sin la mayoría sindical en el patronato, en 2011 la CAV asume la competencia de las políticas activas, con lo que el presupuesto de Hobetuz pasa a depender de Lanbide ajustándose el coste de la gestión vía cupo. Pero las críticas de las centrales abertzales continuaron al entender que la asignación de fondos a los agentes que integran el patronato "pervierte" el modelo.
Pero Hobetuz pervive sin ELA y LAB y los que sí participan quieren dejar claro que no hay ninguna posibilidad de lograr beneficio económico. Loli García, de CC.OO.-Euskadi y miembro del patronato de Hobetuz, indica que "no es posible" que su sindicato saque dinero de organizar cursos. "Hay que justificar todo, las nóminas de los profesores, el material, los alquileres... y hasta que no se justifica no se recibe toda la subvención", explica García, que aclara que lo ocurrido en Madrid y Andalucía, donde se han detectado supuestas irregularidades con el dinero público destinado a algunos agentes para hacer formación, no puede pasar en la CAV. De los casi 26 millones que gastó Hobetuz en 2012, este sindicato recibió dos millones. "Todo el dinero asignado que no se ha gastado se devuelve", asegura García.
Desde la dirección de Hobetuz coinciden en que es prácticamente imposible que empresas u otros agentes que organizan cursos se queden con parte del dinero. Juan Carlos Ibarrola, director gerente de Hobetuz, recuerda las diversas medidas de control que se realizan y que en algunos casos terminan con la retirada de una subvención ya asignada. Solo una vez pasados todos los controles se recibe el 100% de la ayuda.
Ibarrola explica que se exigen pruebas documentales de cada cursillo, sobre todo facturas, y además se realizan -en 2013 más de 300- inspecciones sorpresa in situ para comprobar el desarrollo de los cursos. Como tercer mecanismo de control, una empresa externa realiza cada año 4.000 llamadas a alumnos para comprobar que han asistido al curso.
En todo caso, el debate sobre el modelo vasco de formación sigue abierto, y de hecho Lakua estudia esta legislatura la posibilidad de integrar definitivamente a Hobetuz en Lanbide al entender que una vez transferidas las políticas activas su existencia por separado puede no tener sentido. Por otro lado, una sentencia reciente de la Audiencia Nacional obliga a Hobetuz a devolver un dinero de fondos europeos que supuestamente no gastó entre 1996 y 1999. La cantidad a devolver en principio rondaba los 26 millones de euros pero la sentencia obliga a Madrid a recalcularla. Hobetuz señala que en esos años se actuó con "total transparencia" y que se devolvió el dinero no gastado al Gobierno vasco, que a su vez ya cuenta con entregarlo al Estado.
¿Qué es? La Fundación Vasca para la Formación Profesional Continua nace en 1996 con el apoyo de todos los agentes sociales para crear un sistema de formación que respondiese a las necesidades de las empresas vascas.
La ruptura. ELA y LAB dejaron el patronato en 2007 a raíz de un acuerdo de Lakua con Madrid, que según estas dos centrales supuso copiar el modelo español. Denuncian que los agentes que participan en Hobetuz lo usan para financiarse, lo que "pervierte" la formación.
Cursos 2013. Hobetuz subvencionó casi un millar de cursos con más de 21 millones de euros entre empresas y agentes asociados. Patronal y sindicatos tienen asignados 7 millones en total.
Controles. Para garantizar que el dinero se destina solo a cursos, se exigen facturas y se realizan visitas sorpresa. Además, se hacen 4.000 entrevistas con alumnos que han participado en cursos.