estrasburgo - La última pieza del puzzle de la unión bancaria europea ya está en su sitio. La Eurocámara aprobó ayer por abrumadora mayoría (570 votos a favor, 88 en contra y 13 abstenciones) la creación del nuevo mecanismo de liquidación de bancos. Un fondo que nutrirán las entidades con aportaciones propias hasta alcanzar los 55.000 millones de euros y que permitirán en el futuro financiar las quiebras bancarias sin que sean los contribuyentes quienes terminen pagando, como hasta ahora, los platos rotos de las malas gestiones bancarias.

El nuevo fondo estará listo en un plazo de ocho años, dos antes de lo previsto inicialmente. Una cesión a la Eurocámara que no saldrá gratis. A cambio, el Gobierno alemán logra su objetivo de que la mutualización sea progresiva, que las decisiones se tomen en base a las aportaciones de cada país y que las grandes decisiones sigan en manos de los gobiernos y no, en Bruselas. Menos ambición de la demandada por el Parlamento Europeo pero un sistema reforzado respecto a la normativa actual. "La unión bancaria completa la unión económica y monetaria, pone fin a la era de los rescates masivos y garantiza que los contribuyentes ya no pagarán la factura cuando los bancos se enfrenten a dificultades", valoró ayer un satisfecho Michel Barnier, comisario de mercado interior.

El nuevo fondo cubrirá a los bancos más grandes de la Eurozona y estará plenamente operativo en un plazo de ocho años a contar desde 2016 aunque no estará plenamente mutualizado hasta 2024. Los 55.000 millones de eurosservirán para tapar los desmanes de los bancos y solo si este dinero no bastase empezarán a pagar otros afectados: primero los accionistas, después los acreedores y después aquellos con cuentas superiores a los 100.000 euros. Solo en último término se utilizaría el dinero de las arcas públicas, mientras que los depósitos inferiores a 100.000 euros estarán protegidos. - Silvia Martínez