vitoria - El lehendakari Iñigo Urkullu reconoció hace un mes que el aumento de la deuda durante la etapa de Patxi López es un quebradero de cabeza para su Gobierno ya que va a "reducir la disponibilidad de recursos para los servicios públicos". Urkullu puso el acento en los años 2009, 2010 y 2011.

Durante ese trienio, el Departamento de Economía, bajo la dirección de Carlos Aguirre, emitió deuda por valor de 4.746 millones de euros, de los cuales en torno a 2.000 millones se formalizaron en solo un ejercicio, 2010. La legislatura estuvo muy marcada por el encontronazo financiero entre jeltzales y socialistas.

Aguirre acuso al anterior gobierno de dejar la caja de Lakua vacía al poco de llegar al Ejecutivo y llegó a pedir en marzo de 2010 un crédito de 600 millones a corto plazo para hacer frente al gasto corriente. Una decisión muy criticada por el actual consejero de Hacienda y Finanzas, Ricardo Gatzagaetxebarria, que apeló a la ortodoxia de la contabilidad pública para denunciar el gesto.

Una familia puede como último recurso endeudarse para evitar que le corten la luz, aunque económicamente sea un error de bulto, pero una Administración solo debe recurrir al préstamo para atender los servicios públicos que dispensa a los ciudadanos, vino a decir hace cinco años Gatzagaetxebarria. Aquel controvertido crédito encendió las alarmas, pero los socialistas no tuvieron más remedio que recurrir a ese parche porque, por un lado, fueron incapaces de contener el gasto y, por otro, la recaudación fiscal entró en picado.

Tampoco mejoró el pulso en 2011, un año en el que se llegó a ordenar a todos los departamentos el cierre del grifo del gasto en el último tramo del ejercicio para poner freno a la desviación acumulada. La situación fue similar en 2012, pero empezaron a notarse los síntomas de recuperación. Entre ellos, los ingresos fiscales detuvieron su caída y solo retrocedieron unas décimas.

El motor de la recaudación volvió a arrancar el año pasado y lo volverá a hacer este ejercicio, según las previsiones de las diputaciones. La economía vasca crecerá en torno a 1% y se reforzará la salida de la crisis. De este modo, el límite de deuda de este año, 1.315 millones, será muy similar al del año pasado -1.238 millones- no habrá un crecimiento exponencial como ha ocurrido hasta ahora. E incluso es posible que no se agote todo el saldo disponible.

Además, aunque gran parte de los fondos de endeudamiento se dedicarán básicamente para cumplir con los compromisos de deuda contraídos los últimos ejercicios, el Gobierno de Urkullu destinará otra parte al mantenimiento del estado del bienestar y a la reactivación económica, los ejes de las Cuentas.

A pesar de todo, el Ejecutivo vasco estima que habrá que esperar a la segunda parte de la legislatura para que la economía se reactive definitivamente.