Bilbao - La consultora de ingeniería de alta tecnología Altran ha dado a la CAV la mejor nota en potencial de I+D junto a Suecia. Su director de Innovación en el Estado, Borja Baturone, advierte de que quien no mejora producto hoy, retrocede.

El Índice Altran da un espaldarazo a la política vasca de impulso a la innovación, ¿queda por hacer?

-Euskadi está muy arriba en cuanto a crecimiento del gasto y a potencial de innovación. Está creciendo, pero todavía no está arriba. Una cosa es la realidad de cuánto estamos invirtiendo hoy en día en relación a porcentaje del PIB y otra cosa es qué potencial tenemos para crecer. La posición que tiene Euskadi en cuanto a gasto es buena, es el octavo en Europa en inversión. Sin embargo, la mejor noticia es que hay capacidad para poder incrementar todavía más. El potencial de los que están arriba del todo es menor.

La capacidad de innovación es lo que mide el 'termómetro' de Altran.

-Sí, creamos este índice con esa intención y está teniendo muy buena acogida en todas las administraciones públicas. En Bruselas nos dijeron que les venía muy bien para establecer criterios de actuación. Es un dato que a través de cuatro factores permite ver mejor la capacidad de una economía en invertir más en I+D+i.

¿Tienen contacto con firmas vascas?

-Sí, tenemos una sede en Gasteiz porque en Euskadi trabajamos mucho con el sector aeroespacial, aunque trabajamos con empresas y proyectos en todo el País Vasco.

¿Cuánta plantilla opera en la CAV?

-Tenemos un centenar de trabajadores en la sede. Pero la cifra es muy variable, porque podemos tener un grupo de trabajo de 15 personas que trabaje por ejemplo con Tecnalia y no todos tienen que ser de la sede de Gasteiz. Dependiendo de las necesidades de cada empresa puede venir un experto en una cuestión concreta de Madrid o Sevilla.

¿Desde cuando se elabora el índice de Euskadi?

-Desde el año pasado, empezamos sobre los datos de 2012. Como es un índice normalizado a uno -uno es el mejor- Euskadi sigue entre los mejores, se ha mantenido, porque las cuatro variables input marcan el uno. No obstante, el output, el dinero que se está invirtiendo, ha aumentado, eso significa que se están haciendo muy bien muchas cosas.

Se refiere a las empresas, pero también a la Administración, ¿no?

-Claro es lógico que a la hora de valorar los datos lo hagamos junto a Spri y que desde el Gobierno Vasco se cuente lo que se ha estado haciendo desde 1980, porque lo que vemos ahora es una planificación de hace muchos años, que está dando sus frutos. El gasto de Euskadi en innovación ha crecido un 7,7% en un año, y lo hace en un entorno en el que casi todos están bajando la inversión en I+D por un tema cultural, porque piensan que cuando hay crisis hay que quedarse parado. Creen que hay que invertir menos, cuando justamente en momento de crisis hay que invertir más para salir o para no caer.

La innovación está de moda pero es una moda de las que se quedan.

-Es que es la actividad básica no solo del crecimiento económico, también lo es de la evolución del ser humano. Se llamará de otra manera, pero la innovación es nuestra actividad básica. La palabra innovación está de moda, a lo mejor en el futuro existe otra palabra, pero la actividad se va a quedar porque es imprescindible. Antes cuando los mercados, las economías se movían a un ritmo lento, el que más innovaba tenía una mayor capacidad de competitividad; hoy en día, como los mercados son tan rápidos si las empresas no se adaptan igual de rápido van hacia atrás. No es que no avancen, es que retroceden.

Y esa base que se ha cimentado desde Spri, desde el Gobierno Vasco, y sobre todo desde la actividad de las empresas, ¿puede ser ahora un resorte de salida de la crisis?

-Totalmente y por eso hoy en día Euskadi tiene la renta per cápita mayor de España y tiene unos índices de paro menores. Al final, invertir en I+D es invertir hoy en la competitividad de mañana y al haberlo hecho Euskadi durante 30 años es más robusta ante la crisis.

Hay industrias tradicionales que están dejando pasar el tren.

La innovación debe estar en la cultura del empresario, sino olvídate. El empresario tiene que ver que invertir en competitividad es bueno para él, para su empresa, para sus trabajadores. Como no tengas esa visión a largo, no hay nada que hacer.