Gasteiz. Las relaciones laborales se han desarrollado los últimos seis meses en una tensa calma gracias a la decisión mayoritaria de los empresarios vascos de no tocar las condiciones laborales hasta el 31 de diciembre. Agotado ese plazo de transición y coincidiendo con el inicio del primer año sin convenios colectivos en Euskadi, las organizaciones empresariales se disponen a avanzar hacia un nuevo modelo de relación con el trabajador más flexible y "personal" apoyándose en las nuevas leyes laborales. Sin embargo, agentes sociales e institucionales no esperan recortes generalizados en las condiciones de trabajo con la entrada de nuevo año y de hecho el Consejo de Relaciones Laborales (CRL) estima que más del 90% de los empresarios mantendrán el salario y la jornada de su plantilla.

La patronal Confebask ha defendido públicamente la necesidad de respetar los salarios y no aumentar la jornada laboral los próximos años. Algunas asociaciones sectoriales, como la patronal del metal de Bizkaia, ya han avanzado que la mayor parte de sus firmas asociadas no reducirán la nómina de sus empleados en 2014.

Aún así se avecinan cambios en las relaciones laborales que irán activándose poco a poco, según se deduce de la Guía para un Nuevo Modelo de Relaciones Laborales que está difundiendo la patronal guipuzcoana Adegi entre sus asociados. En un resumen elaborado por la propia patronal, intergrada en Confebask, se explica que el mundo laboral asiste a un "cambio de época" en el que se debe "transitar hacia una interlocución directa con las personas sin olvidar el cumplimiento de las obligaciones para con los representantes de los trabajadores" -también se menciona la utilidad de "individualizar" las relaciones de trabajo-.

La patronal guipuzcoana insiste en que las empresas "deben conocer las herramientas legales de flexibilidad organizativa que la legislación laboral ha puesto a su disposición", y recuerda que "lo deseable es aumentar la productividad y contener o variabilizar los costes salariales". En este sentido, y aunque Adegi recuerda que la jornada laboral en Gipuzkoa es la más reducida del Estado y que los salarios son superiores a los del resto de territorios, no hay un llamamiento explícito a reducir las condiciones ni a acogerse a la regulación estatal.

En cualquier caso, se trata de una clara advertencia de que algo se va a mover en el seno de las empresas a partir de ahora. La patronal vizcaína, igualmente, dará a conocer a comienzos de enero las recomendaciones que hará a sus asociados de cara a 2014. Fran Azpiazu, secretario general de Cebek, recuerda que entre julio y diciembre el 93% de las empresas vizcaínas han mantenido los salarios y la jornada de sus empleados "haciendo un gran esfuerzo y demostrando un gran compromiso, a pesar de la alarma que generaron los sindicatos antes del 7 de julio".

Azpiazu lamenta que los agentes sociales vascos "hemos perdido una enorme oportunidad" de alcanzar un acuerdo intersectorial que mantenga la prevalencia de los convenios sectoriales vascos. Una vez pasado el 7 de julio, "hemos ofrecido a los sindicatos mantener las condiciones laborales en todas las mesas de negociación, incluidas subidas salariales en algunos casos muy próximas al IPC", señala el dirigente de Cebek. Sin embargo, en muy pocas mesas se han alcanzado acuerdos y Azpiazu achaca este fracaso a que ELA y LAB "han centrado toda su pretensión en la no aplicación de la reforma laboral, que es la legislación vigente".

En efecto, la gran brecha que ha impedido acuerdos entre patronales y sindicatos no ha estado ni en los salarios ni en la jornada laboral, las dos grandes patas de un convenio, sino en los elementos de flexibilidad, es decir, las nuevas posibilidades de cambiar las condiciones de trabajo, que ha introducido la reforma de Mariano Rajoy, básicamente reduciendo a un año la ultraactividad y facilitando la inaplicación del convenio -el llamado descuelgue-.

"la sartén por el mango" Joseba Villarreal, de ELA, lo explica así: "Las empresas quieren asegurarse de que tienen el instrumento para poder bajar los salarios, aunque ahora mismo no lo utilicen porque prevén que si lo hacen va a haber conflicto. Se trata de quién tiene la sartén por el mango", ilustra. Sobre el escenario a partir del 31 de diciembre, fecha tope establecida por muchas empresas para mantener las condiciones laborales, Villarreal cree que "la patronal va a seguir haciendo todo lo que le permite la reforma", y asegura que si las empresas prorrogan las condiciones se debe a la presión y a la movilización. "Adegi ya está hablando de individualizar las relaciones laborales para poder negociar con cada trabajador uno a uno. Tenemos una patronal predemocrática", sentencia.

Desde CCOO-Euskadi, Mari Cruz Vicente cree que la inseguridad jurídica derivada del 7 de julio es otro de los factores que hace que las empresas no estén modificando las condiciones de manera generalizada. Diversas sentencias judiciales han reconocido el valor legal de algunos convenios que cumplieron su periodo de ultraactividad en julio. Vicente indica que "la solución no es que las empresas prorroguen de manera unilateral las condiciones otros seis meses o un año", y critica a ELA por bloquear las mesas sectoriales en las que tiene mayoría absoluta e inclinarse por firmar convenios de empresa. "Si no damos salida a los convenios sectoriales las empresas acabarán haciendo lo que quieran", dice la dirigente de CCOO.

De esta opinión es también el presidente del CRL, Tomás Arrieta, quien esta semana ha defendido en la radio pública vasca la necesidad de suscribir acuerdos para evitar que los empresarios tengan el control de las relaciones laborales. El CRL calcula que más del 90% de las firmas vascas mantendrán las condiciones en 2014 ya que la mayor parte así lo está comunicando a sus empleados, pero "en muchos casos esas comunicaciones van acompañados de una advertencia expresa de que esas condiciones podrían ser modificadas", matiza Arrieta.

2013 finaliza con más de 360.000 trabajadores vascos sin un convenio firmado en Euskadi, la mitad de ellos sin otra regulación que el Estatuto de los Trabajadores -cerca de 100.000 están pendientes de que los jueces se pronuncien sobre la validez de la cláusula que prorroga el convenio hasta que se firma otro nuevo-. Desde julio se han renovado una veintena de acuerdos sectoriales que han rescatado a varias decenas de miles de asalariados de este pozo pero, en el lado contrario, otros 85.000 pasan a engrosar este colectivo al perder su convenio el 31 de diciembre.