París. Miles de camiones salieron ayer a las carreteras francesas para protestar contra la ecotasa, un impuesto que el Gobierno galo ha suspendido sine die ante la oposición que ha generado y que contempla gravar a ese tipo de vehículos cuando circulen por carreteras sin peajes. Un total de 3.000 camiones, según los organizadores, ralentizaron ayer el tráfico por carretera en quince regiones francesas en las que convocaron 33 manifestaciones para reclamar al Ejecutivo socialista que retire definitivamente ese impuesto.
Los transportistas, convocados por una federación sectorial, se oponen a ese canon por kilómetro, que afectaría a cerca de 800.000 camiones de más de 3,5 toneladas -lo que incluiría a unos 200.000 vehículos extranjeros, muchos de ellos españoles- que utilizan las carreteras hasta ahora gratuitas de la red francesa.
Las llamadas "operaciones caracol", destinadas a dificultar el tráfico, afectan especialmente a las carreteras del sur de París, y a tramos cercanos a las localidades Rennes, Reims, Metz, Estrasburgo, Burdeos y Toulouse.