Bruselas. Poco le ha durado al gobierno de Mariano Rajoy la alegría por la "salida limpia" del rescate bancario. La Comisión Europea puso ayer en entredicho sus cuentas públicas de 2014 porque entiende que hay "riesgos de incumplimiento del déficit público" el próximo año y de que el ajuste presupuestario se quede corto, tanto en 2015 como en 2016. Bruselas espera ahora que España -que junto a Finlandia, Malta, Luxemburgo e Italia suspende este examen- aproveche la tramitación parlamentaria en curso para enmendar las cuentas y hacer nuevos ajustes.
Según el análisis, el borrador presupuestario es insuficiente porque las medidas incluidas no solo no garantizan el objetivo de déficit nominal sino tampoco el ajuste estructural reclamado. El principal motivo, explicó ayer el vicepresidente y comisario de asuntos económicos, Olli Rehn, es que el plan diseñado por el ministerio de Cristóbal Montoro parte de previsiones de crecimiento demasiado optimistas -0,7% frente al 0,5% que augura Bruselas- y con unas estimaciones de recaudación, a cuenta de la lucha contra el fraude fiscal o los ingresos locales y regionales, rodeadas de una gran incertidumbre.
Aunque el vicepresidente y comisario de asuntos económicos, Olli Rehn, no quiso dar cifrar sobre el ajuste suplementario, de los documentos de trabajo de la Comisión Europea se desprende que el agujero podría alcanzar los 37.000 millones de euros en tres años. Las previsiones económicas de otoño alumbradas la semana pasada ya auguraban un desvío en el déficit total de una décima en 2014, del 5,9% frente al objetivo del 5,8%, una divergencia que se dispara hasta las cinco décimas si se tiene en cuenta el estructural, lo que significaría un tijeretazo del orden de 5.000 millones de euros. A falta de concretar las reformas de los ejercicios siguientes, el desfase entre el objetivo fijado y la previsión de Bruselas sería de casi dos puntos en 2015, unos 20.000 millones, y de 1,3 en 2016, lo que elevaría la factura a ajustar ese tercer ejercicio a casi 13.000 millones.
Además, aunque el análisis subraya que España ha tomado las medidas necesarias en 2013 también alerta de que la incertidumbre en torno al cierre del año es "todavía demasiado elevada". De hecho, según Bruselas alcanzar el objetivo de déficit del 6,5% fijado dependerá de que haya una buena recaudación en la última parte del año y del control del gasto público. El documento también presta atención a la marcha de las reformas estructurales y se queja de que en la mayoría de los casos avanzan con retraso o no se han aplicado en su totalidad.
Se trata de la primera vez que el Ejecutivo comunitario ejerce sus nuevos poderes y examina los presupuestos de los países de la Eurozona. Un ejercicio que no es vinculante, pero que sí podría tener consecuencias en el marco de los procedimientos por déficit excesivo si los gobiernos no atienden a las recomendaciones lanzadas. El gobierno español, no obstante, dejó claro ayer que no solo no piensa enmendar los presupuestos sino que considera que tiene margen de maniobra para cumplir la promesa de bajar los impuestos en 2015, como el IRPF. "Por supuesto que el gobierno español tiene margen para llevar a cabo la reforma fiscal que tiene previsto a mediados del año que viene", advirtió ayer Luis de Guindos durante un receso de la reunión del Ecofin.