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La cooperativa presentará concurso de acreedores sin demanda de liquidación
El consejo modifica la decisión inicial de Treviño de pedir el cese de actividad
a. diez mon
bilbao. Fagor Electrodomésticos ha decidido finalmente no presentar un concurso de acreedores con demanda de liquidación. El matiz, que técnicamente no tiene efectos en la resolución judicial futura, tiene un gran valor al abrir un nuevo escenario. Hasta ayer se daba por hecho que se iba a plantear un concurso de cese de actividad, la magnitud de la crisis de la cooperativa no dejaba a ojos de la dirección margen para mantener a flote la compañía o alguna de sus unidades de negocio. Por ello, se planteba solicitar la liquidación, lo que supone renunciar a la quita y espera, el mecanismo de reducción de deuda que si es aceptado por los acreedores permite que la compañía siga funcionando.
Ahora se opta por otro camino, el de un concurso sin calificación, con lo que será el juez el que resuelva en la primera fase del proceso si se avanza hacia la liquidación del grupo o si cabe presentar una propuesta de convenio con la que intentar mantener la actividad total o parcialmente. El magistrado tomará la decisión al hilo del informe que elabore la administración y las claves que aporte el actual equipo directivo.
Los tres administradores concursales y en último término los jueces serán los que determinen el futuro de la compañía, aunque hay empresas que se salvan incluso después de entrar en fase de liquidación. Sin embargo, el cambio en la formulación de la quiebra alimenta las expectativas que se han generado las últimas semanas, tras retrasarse en varias ocasiones la presentación del concurso, que, si no hay un nuevo cambio de parecer, se presentará hoy.
plan de viabilidad Fuentes de Fagor explicaron ayer que la cooperativa ha apostado por no solicitar el cese de actividad en contra del criterio de su director general, Sergio Treviño. Esta decisión permitirá al fabricante de electrodomésticos disponer de tiempo para, si lo estima oportuno, elaborar un plan con el que evitar el cierre de las unidades de negocio rentables, las que pueden mantener su actividad porque tienen mercado, clientes y en algunos casos pedidos.
Fagor no quiso confirmar que esa sea su intención, pero el paso supone un salto de calidad en su crisis, porque la cooperativa parecía avanzar hacia una liquidación en subasta, y podría encontrar ahora un equilibrio entre las exigencias de sus acreedores y la supervivencia de algunas de sus fábricas. En principio, las actividades detectadas como "rentables" serían la de minidomésticos -aspiradores, planchas o menaje de cocina, entre otras-, la de cocción -cocinas, hornos, microondas...-, la de encastre o mobiliario de cocina -donde figura Grumal- y, por último, la de confort, la línea de fabricación de calentadores, en la que se engloba Edesa.
Aunque desde el Grupo Mondragón se confía en que el juez y los administradores concursales sean "sensibles" y tengan en cuenta a los trabajadores en sus decisiones y no solo a los acreedores, el camino para definir ese escenario de viabilidad está plagado de obstáculos.
Tras el registro de la suspensión de pagos en el juzgado de lo mercantil de Donostia, el juez concederá el concurso en dos semanas. En ese auto también designará la administración concursal, que será la encargada de presentar en un plazo máximo de 45 días un informe contable de la relación de acreedores y las deudas contraidas con cada uno de ellos.
Los acreedores tendrán que dar posteriormente su visto bueno al informe por lo que este primer ciclo, la fase común, se prolongará durante cerca de 4 meses, el periodo en que se podrá elaborar un plan de viabilidad. En el caso concreto de Fagor, es posible que sea necesario más tiempo por el volumen de la deuda, unos 859 millones de euros oficialmente, que en el sector sitúan por encima de los 1.000 millones. Si en una quiebra pequeña siempre hay impugnaciones de acreedores que discrepan con la deuda asignada, es más que improbable afinar sin discordias con un agujero de estas proporciones.
El proceso permite
la venta por bloques
de negocio de cara
a mantener la actividad en algunas fábricas
Entre las unidades consideradas rentables está la línea de confort en la que está englobada la planta de Basauri