BILBAO. El rescate de Edesa entró ayer en vía muerta sin que haya sido votada en el consejo rector de Fagor, el máximo órgano de gobierno de la cooperativa. La propuesta naufragó en un tenso encuentro de la dirección del fabricante de electrodomésticos en el que extraoficialmente se decidió que el aval de 3 millones de euros que ofrecía José Luis Bilbao no es suficiente para reflotar el proyecto. Según esa versión, la fábrica no es viable fuera del paraguas de la cooperativa y por ello continuará avanzando con el resto del grupo hacia su liquidación.
Sin embargo, no hubo ninguna votación y algunos consejeros confiaban en lograr limar las diferencias internas antes de la nueva reunión del consejo, prevista para el lunes, y dar luz verde a la propuesta. El director general, Sergio Treviño, dinamitó esa posibilidad al informar personalmente a José Luis Bilbao de que su oferta era rechazada y abrió una brecha que generará con seguridad una tormenta en el próximo consejo.
La paradoja es que fue el propio Treviño el que se comprometió a dar curso al rescate. Durante la reunión convocada por el Gobierno vasco entre instituciones afectadas, el Grupo Mondragón y Fagor, el diputado general de Bizkaia preguntó a Treviño por la situación de Edesa. En concreto si era posible desgajar la fábrica vizcaína del proceso de liquidación y anular su preconcurso de acreedores individualmente. El director general del fabricante de Electrodomésticos respondió afirmativamente y entonces Bilbao le pidió que explicara que era necesario para que eso fuera posible. Treviño dijo que la fábrica de Basauri necesitaba liquidez para pagar a sus proovedores y que a partir de ahí se podría reanudar la actividad. Posteriormente se cifró en tres millones de euros las necesidades de Edesa y se cerró el acuerdo frustrado. En ese fase también estuvo presente el alcalde de Basauri, Andoni Busquet, que aseguró ayer sentirse "defraudado" por la decisión de Fagor Electrodomésticos y advirtió de que ese paso "no responde a lo que se habló".
La complejidad de la situación de Fagor ha marcado todo el proceso y la dirección no ha sabido gestionar sus últimos movimientos con acierto. De hecho, ayer se volvió a retrasar la presentación del concurso de liquidación sin que trascendieran los motivos. Fuentes no oficiales de la cooperativa sitúan en el próximo martes el momento en el que se dé el primer paso hacia el cierre, si bien no pueden afirmarlo con certeza debido a los constantes cambios de rumbo que se han sucedido.
Además, según esa estimación, la decisión final se tomará en el consejo rector del lunes, pero el fiasco del rescate a Edesa añadirá más presión a esa cita, de modo que el laberinto podría incluso complicarse más.
Por su parte, el consejo social de Fagor Electrodomésticos reconoció la responsabilidad que tienen los socios en la crisis de la empresa, pero advirtió de que "no va a permitir que se diluyan otras responsabilidades" y pidió a las instituciones el "mismo compromiso" con la industria que con el sistema bancario.
El órgano que aglutina a los "socios trabajadores" de la firma cooperativa se refirió así a la situación ante el "anuncio de la inevitable entrada en concurso de acreedores" y aseguró que "mantendrá vivo" su compromiso con la empresa "a todos los niveles y por todos los medios a su alcance".