Donostia. La Diputación de Gipuzkoa trabaja a marchas forzadas para ver si es posible extrapolar el caso Edesa a Gipuzkoa y dar una salida viable a la empresa azpeitiarra Grumal, una sociedad mercantil propiedad de Fagor Electrodomésticos y que podría ser víctima de la crisis que atraviesa la cooperativa del Grupo Mondragón. La vía abierta el miércoles por la Diputación de Bizkaia con el aval concedido a Edesa, lo que podría suponer que la planta de Basauri se quede fuera del concurso de acreedores que previsiblemente presentará hoy Fagor Electrodomésticos, supuso un giro para esta compañía azpeitiarra, que tiene una plantilla de un un centenar de trabajadores y otros 53 operarios repartidos en calidad de socios de duración determinada en distintas plantas de la cooperativa.
A diferencia del resto de plantas de Fagor, Grumal, como entidad jurídica independiente, mantiene su actividad normal, pero sus trabajadores viven en un mar de incertidumbre, puesto que la empresa propietaria de la compañía, Fagor Electrodomésticos, parece abocada a su liquidación inminente.
La reacción por parte de la Diputación fue de prudencia para no crear "falsas expectativas" ni dar "pasos en falso". El propio diputado general, Martin Garitano, en una entrevista en Radio Euskadi, mostró su desconfianza hacia la fórmula y las formas empleadas por la Diputación de Bizkaia al anunciar su apoyo a Edesa. Según fuentes de la Diputación, "no sabemos qué información tendrá Bizkaia" para salvar a la firma de Basauri. En todo caso, Garitano dijo que Gipuzkoa actuará en "en cánones de seriedad y responsabilidad" y dijo que lo hará "si es posible y si tiene recorrido" porque no quiere dar "pasos en falso y caer en la tentación de la estética", en alusión al anuncio que un día antes hizo su homólogo vizcaino.
Garitano avanzó que están estudiando el alcance de un rescate a Grumal, así como el coste que pudiera tener, "si es viable jurídica y económicamente, y si tiene recorrido". Hay que tener en cuenta que Grumal, un fabricante de muebles de cocina que fue adquirido en 2005 por Fagor Electrodomésticos y atraviesa su propia crisis vinculada a la caída de la construcción y su afección en el sector del mueble.
En la fábrica azpeitiarra de Grumal las asambleas de trabajadores son constantes en los últimos días. Los operarios de esta sociedad mercantil que se dedica a la fabricación de muebles de cocina viven con "rabia e incertidumbre" la crisis de Fagor Electrodomésticos, la propietaria del 100% de su compañía. Hace menos de cuatro meses Fagor Electrodomésticos les ofreció comprar la empresa por un "precio simbólico" y en octubre, ya con Fagor en preconcurso de acreedores, les reconocieron que la cooperativa de Corporación Mondragon trabajaba en un borrador de plan de viabilidad que contemplaba una drástica reducción de la plantilla.
venta de grumal Los 95 empleados que aún siguen trabajando a dos relevos en esta fábrica y las 53 personas que fueron reubicadas en otras plantas de Fagor Electrodomésticos y ahora están "en su casa" sin trabajo, viven estos días pendientes de la prensa, ya que "nadie se ha dirigido a nosotros. Nos tienen apartados y estamos indignados", denuncian. Después de estar "prácticamente dos años en ERE de suspensión de jornada", la plantilla de Grumal vive ahora una realidad ficticia, "sin expediente de regulación", pero sabiendo que sus puestos de trabajo penden de un hilo.
Según ha podido saber este diario en fuentes de los trabajadores, Fagor planteó a la plantilla de Grumal la posibilidad de comprar la empresa en pasado julio por un "precio simbólico". Se llegó a mencionar la cifra de un euro. La compañía habría planteado ya, en los últimos años, "varios planes de viabilidad y ninguno ha cuajado". El último, en julio del presente 2013, consistía en que los trabajadores se hiciesen con la empresa: "Nos dijeron que Fagor se quería desentender de Grumal y que nos la ofrecían".