Donostia. El presidente del Consejo Rector de Fagor Electrodomésticos, Xabier Bengoetxea, reconoció ayer que "entre las líneas principales del plan de viabilidad" que ha elaborado la dirección de la cooperativa está "que la producción de las plantas que tenemos hoy en día tanto en Francia como varias de Euskadi se lleven a Polonia, como han hecho nuestros competidores".
El objetivo, aseguró anoche en una entrevista concedida en euskera a Goiena Telebista, era "hacer la producción en Polonia, tal y como han hecho nuestros competidores, y ser capaces de competir en los mercados en los que estamos ahora mismo".
En su primera intervención pública desde que estalló la crisis de Fagor Electrodomésticos hace casi dos semanas, Bengoetxea rechazó que la gestión de la empresa fuera el factor principal que ha llevado a la cooperativa al preconcurso de acreedores.
En este sentido, señaló que "la principal razón es la evolución del mercado. Hemos sido muy fuertes sobre todo en España, Francia y Polonia. La evolución del mercado español no se ha visto nunca y nos ha hecho mucho daño. También la que se está viendo ahora en Francia, segundo mercado europeo y donde somos líderes tras la compra de Brandt [en 2005]. Son los dos elementos: la evolución de los mercados y nuestra competitividad, que no es buena".
"Cuando se llega a esta situación siempre hay razones que tienen que ver con la gestión, pero creo que la principal es la evolución del mercado", zanjó el máximo responsable del Consejo Rector, quien tampoco consideró que los anteriores gestores de la empresa fueran los máximos culpables: "Creo que responsables somos todos. En los últimos años todos hemos tomado decisiones y no diría que uno u otro es culpable. Las cosas no han salido como esperábamos, pero también hay factores externos que han tenido su importancia".
Imposibilidad Bengoetxea, que reconoció que Fagor Electrodomésticos no es capaz de poner sus plantas en funcionamiento por sí misma, evitó culpar a la Corporación Mondragon -que el miércoles consideró que el plan de viabilidad presentado no garantizaba la supervivencia de Fagor Electrodomésticos-: "Tenemos que agradecer la actitud mantenida hasta ahora (por la Corporación). Las necesidades que tenemos son muy grandes [que cifró en 170 millones] y hemos tocado todas las puertas. Por otro lado, entiendo, como ha quedado escrito, que la credibilidad de nuestro plan esté en duda. Tenemos que aceptarlo y punto. Teníamos confianza total en nuestro plan".
El presidente del Consejo Rector, que mostró su "tranquilidad" por que los socios deban responder a los acreedores con su patrimonio personal ("la responsabilidad queda limitada al capital social") reconoció que "hasta el último minuto de la prórroga hay esperanza, pero las respuestas de las instituciones y de Mondragon ya las hemos recibido. Parece difícil que en uno o dos días haya un cambio sin que a su vez nada haya cambiado". Todo se debería resolver, avanzó Bengoetxea, en cuestión "de siete o diez días. Si no, como administradores, estaremos obligados a tomar decisiones. Si no conseguimos nada, la única decisión que nos queda es pedir el concurso", ya solicitado para la planta polaca.
Entre las opciones de última hora puede ser la compra por parte de otra empresa, ante lo que el presidente del Consejo Rector, que lleva seis meses en el cargo, aseguró que están "hablando con mucha gente a ver si encontramos alguna otra solución que puede ser [la empresa china] Haier u otra. Hay competidores que han mostrado su interés, pero a día de hoy el plazo es corto y tenemos muy poco tiempo".
Aun así, reconoció que "a día de hoy" no es una opción: "No sé si sería la solución. Las cosas han llegado muy rápido. Teóricamente podría ser una opción, pero para nosotros, lo más importante es que si entramos en concurso, las decisiones quedarían fuera de nuestro alcance, por lo que en los próximos 7-10 días hay que decidir. A partir de ahí, quedará fuera de nuestro alcance".
Impacto indirecto La posible caída de Fagor Electrodomésticos afectaría de lleno, señaló Bengoetxea en una entrevista cargada de condicionales y escenarios hipotéticos, "a unos 3.500-4.000 empleos en Euskal Herria", contabilizados los directos y los indirectos.
Sobre las aportaciones voluntarias -que evaluó en unos 80 millones de euros y que afectaría a unos 800-1.000 empleados-, declaró que "es difícil decir si se recuperarán. Si entramos en concurso de acreedores y viene un proceso de liquidación en el que las decisiones las toman los administradores, cuánto dinero se logrará con la liquidación... Es difícil saberlo, pero como Consejo Rector, haremos todo lo que esté en nuestra mano". Cuestionado por las líneas de producción de Fagor Electrodomésticos que sí son rentables, explicó que en la respuesta recibida de la Corporación "se muestra su intención de salvar esas líneas. Es una declaración importante y creo que todos agradeceríamos, desde Fagor Electrodomésticos y los que estamos alrededor, buscar esas líneas y sacarlas adelante con la financiación necesaria". El resto de empleados habrá que recolocarlos. En los últimos meses ya ha habido algunas, dentro del propio Grupo Fagor. A partir de ahora, avanzó Bengoetxea, queda "un gran trabajo por delante para buscar una solución a todos los socios". Por estas razones, consideró vigentes los valores del cooperativismo, cuyos mecanismos de solidaridad intercooperativa confió en que funcionen para recolocar al mayor número de empleados de Fagor Electrodomésticos.