vitoria. Nuevo mazazo para el empresariado alavés. El fundador de la compañía Daisalux, José Antonio Fernández de Arróyabe, falleció el pasado domingo en la isla de El Hierro al precipitarse por un barranco mientras practicaba senderismo. El cuerpo del industrial, de 64 años, fue encontrado ayer por un helicóptero del Grupo de Emergencia y Salvamento (GES) en el fondo de un barranco en la zona de Las Playas, en Valverde, donde el grupo de montaña de la Guardia Civil había intensificado la búsqueda en las últimas horas. Según ha podido saber este diario, la alerta por la desaparición la dio su esposa en la tarde del pasado domingo después de que el empresario no regresara de su ruta por una concurrida travesía que transcurre entre el parador nacional y el mirador de Isora. Familiares directos del empresario se desplazaron ayer de urgencia hasta la isla canaria para agilizar la repatriación del cadáver.
Fernández de Arróyabe fundó la compañía Daisalux en el año 1988, convirtiéndola pronto en uno de los referentes incontestables en Europa en el desarrollo y fabricación de sistemas de alumbrado de emergencia, balizamiento y señalización. En este tiempo reorganizó la compañía en torno a una espectacular sede en el polígono de Jundiz e inició su internacionalización.
Sin embargo, los comienzos para este industrial nunca fueron fáciles. Estudió en Jesús Obrero, donde según cuentan antiguos compañeros, "nunca destacó precisamente por los estudios", algo que siempre supo contrarrestar con un espíritu inquieto y atrevido que poco después le ayudarían a convertirse en empresario. Ocurrió en 1981, al poco de quedarse en el paro. Casado entonces y padre de familia, solicitó la capitalización del desempleo para embarcarse en una aventura "por la que nadie daba entonces un duro", señaló el industrial en su última entrevista en el programa Made in Álava. Juntó el poco dinero que le correspondía, hizo de su propia casa su oficina y emprendió una labor comercial que le llevó hasta Madrid, donde comprendió que a su entonces vanguardista proyecto le faltaba valor añadido. "Lo encontré en la I+D, que fue y es la clave, la columna vertebral de esta empresa", sostuvo el empresario. Con la innovación por bandera y un sistema de alumbra revolucionario no tardó tiempo en aliarse con arquitectos e ingenieros, dos colectivos que sí supieron leer su mensaje y que le abrieron gran parte de su actual negocio, presente en más de treinta países.
Anardi Group Cabezón confeso y rebelde por las circunstancias, Fernández de Arróyabe había asumido en los últimos tiempos la necesidad de delegar en sus hijos la dirección de la empresa. Eso le permitió "ganar algo de vida", conocer mundo y emplearse a fondo en el gimnasio, al que acudía a diario desde hacía años para superar los problemas de lumbalgia que le provocó un antiguo accidente de moto. Sin embargo, su olfato empresarial nunca terminó por desconectarse. Y así, como ocurre en sujetos empresariales de este calibre, el industrial embarcó hace unos meses a Daisalux en Anardi Group, un consorcio vasco impulsado por el clúster Hábic y formado por otras cinco empresas para equipar de manera íntegra hoteles en el extranjero. "Los pequeños empresarios siempre hemos sido guerreros solitarios pero ha llegado un momento en que tenemos que ayudarnos para poder sobrevivir. La situación lo exige".