vitoria. Los últimos accidentes laborales mortales han reactivado las críticas de los sindicatos hacia las empresas y hacia las instituciones, a las que acusan de no invertir lo suficiente en seguridad. Además, subrayan, la reforma laboral está aumentando las horas de trabajo y la temporalidad, de manera que no queda espacio para la prevención. En apenas un mes han fallecido siete trabajadores en la CAV -más un octavo en Nafarroa- lo que eleva a 28 los siniestros mortales producidos en el País Vasco en lo que va de año, incluyendo los accidentes en el trayecto de casa al trabajo.

El repunte de los accidentes mortales en la CAV, el último el pasado miércoles al perder la vida en Zaldibar un operario mientras trabajaba en la construcción de una pista forestal, sitúa la mortalidad laboral en los mismos niveles que el año pasado -en los nueve primeros meses de 2012 se registraron también 28 fallecimientos, 23 en el puesto de trabajo y 5 in itinere-, una comparativa que diverge con el descenso constante en el número de accidentes los últimos años. Según el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral Osalan, hasta agosto se ha reducido el número total de accidentes -sumando leves, graves y mortales- un 7,3%, mientras que en todo 2012 el descenso fue del 13%. En cuanto a los accidentes mortales, en los últimos años también se han ido acumulando descensos, tendencia a la baja que puede verse truncada en 2013.

Pero, ¿es casual esta oleada de accidentes? Para Leire Txakartegi, responsable de Salud Laboral de ELA, el repunte de la siniestralidad confirma que el descenso del número de accidentes los últimos años se debe a que hay menos personas en activo, y no a una mejora de las políticas dirigidas a evitar accidentes.

"Los recortes del gasto público han sido muy perjudiciales. El presupuesto de Osalan ha bajado un 50% en tres años, lo que demuestra que las instituciones cada vez invierten menos en prevención", dice Txakartegi. Asimismo, desde ELA achacan los accidentes a la reforma laboral de Mariano Rajoy. "La reforma está aumentando los ritmos de trabajo y hace que el trabajador intente no cogerse la baja por miedo al despido, lo que incrementa el riesgo de sufrir un accidente y de contraer una enfermedad profesional". El sindicato vasco denuncia que "no hay un control suficiente" en las empresas y que "el incumplimiento de la normativa no tiene consecuencias para el empresario". "El Gobierno vasco no tiene voluntad política para obligar a las empresas a que cumplan la ley. No quiere confrontar con la patronal", afirma Txakartegi, que denuncia la falta de control en la obra pública. "Para ofrecer a la administración el precio más barato las constructoras subcontratan a otras empresas que no cumplen el convenio", indica. Alfonso Ríos, responsable de Salud Laboral de CCOO-Euskadi, coincide en que la crisis ha incrementado la temporalidad y la precariedad en la contratación, lo que dificulta que los trabajadores reciban la formación necesaria para prevenir siniestros, algo que sucede especialmente en la construcción. "Con la excusa de la crisis las empresas ahorran en medidas de prevención. Debe haber más inspecciones y más sanciones. La siniestralidad no es una cuestión de números. Siguen muriendo muchos trabajadores por accidentes y enfermedades profesionales que ni siquiera se detectan", dice Ríos. Izaskun Urien, directora de Osalan, considera que la concentración de accidentes mortales en tan poco tiempo "ha sido una casualidad, una desgraciada coincidencia, porque la tipología de los mismos ha sido diferente en cada caso". No obstante, los últimos fallecimientos han llevado al instituto vasco a abrir, junto con la Inspección de Trabajo, un grupo de trabajo para intensificar la concienciación y sensibilización de los empresarios, además de reforzar las inspecciones, explica Urien, que recuerda que "la inexistencia de una política preventiva en las empresas es un factor desestabilizante para su propia supervivencia". "La presión económica no debe ser excusa para descuidar las normas de seguridad". Sobre la evolución de la siniestralidad, la directora de Osalan insiste en que los accidentes están bajando desde el año 2000 y no solo debido al mayor desempleo. "Es cierto que el número de accidentes brutos ha disminuido en los últimos años por una menor presencia de trabajadores en las empresas, pero esa reducción también se ha expresado en los índices de incidencia -número de casos por cada 1.000 trabajadores-, que es como se aprecia con mayor fiabilidad la situación de la siniestralidad. Ese índice no tiene que ver con la mayor o menor incidencia de la crisis en el empleo", dice Urien. Por sectores, los datos de Osalan dan cuenta de una reducción mayor del número de accidentes en industria y construcción -superior al 20% el año pasado- mientras que el descenso es menor en el sector primario y en los servicios, ámbito este último en el que los sindicatos coinciden en que están produciéndose muchos accidentes y apareciendo nuevas enfermedades profesionales.