madrid. Pese a que no contenta a nadie, el Gobierno español ya ha dado luz verde a la reforma de pensiones, que pone rumbo al Congreso para ser discutida por grupos políticos y agentes sociales. Será una negociación ficticia porque el Ejecutivo ya sabe de la oposición de la mayoría de los partidos, de los sindicatos y de la patronal a esta reforma, que a pesar de todo va a aplicar el año que viene. La nómina de los pensionistas pasará así a revalorizarse en relación a la evolución de las cuentas de la Seguridad Social, con lo que los jubilados vascos perderán de media los próximos años entre 50 y 190 euros al mes, dependiendo de lo que suban los precios.
El pasado jueves el Consejo Económico y Social (CES) integrado por sindicatos y empresarios aprobó un informe pidiendo al Gobierno español que diera marcha atrás a la reforma, y en especial al nuevo factor de revalorización, que desvincula la subida de las pensiones del IPC. Pero el consejo de ministros dio luz verde ayer mismo a la reforma demostrando que el Ejecutivo está decidido a aplicarla aunque sea pasando por encima de los agentes sociales y de los partidos políticos, que también han mostrado su rechazo.
El Gobierno español no quiso aclarar ayer cuánto subirán las pensiones el año que viene ni los números previstos para esta partida en los Presupuestos de 2014, pero parece evidente que no subirán más del 0,25% -el mínimo previsto para casos de déficit del sistema- tal y como viene recogido en el informe enviado al CES la semana pasada. En dicho informe el Ejecutivo fija un ahorro previsto de 33.000 millones hasta 2022, aunque la cifra dependerá, en todo caso, de la evolución de los precios. Aunque no quiso confirmar que las pensiones subirán un 0,25%, ayer el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, insistió en que los pensionistas no perderán poder adquisitivo dado que el IPC subirá los próximos años de una forma más moderada que los últimos ejercicios. Lo cierto es que, salvo que se produzca un milagro económico que nadie espera en forma de reactivación de los ingresos de la Seguridad Social, en caso de una inflación moderada como puede ser el 1% la pensión media de Euskadi -1.060 euros- perderá 50 euros al mes en 2014, ó 690 euros en 14 pagas. Para una inflación del 2%, la pérdida aumenta hasta 120 euros al mes.
Montoro indicó ayer que para decidir la subida de las pensiones para 2014 se tendrá en cuenta el IPC interanual de noviembre, así como las negociaciones con los agentes sociales que arrancan el próximo martes. Sin embargo, las previsiones del Ejecutivo incluyen números negativos en la Seguridad Social los próximos años, con lo que la subida será previsiblemente de solo el 0,25%.
"gran injusticia social" El PSOE calificó la reforma de "atentado" mientras que para IU es una "declaración de guerra" que será respondida "con movilizaciones contundentes". Por parte del PNV, Emilio Olabarria calificó de "gran injusticia social" la "indiscutible pérdida de poder adquisitivo" que van a sufrir los pensionistas, y afirmó que es una "manipulación del lenguaje" el incremento del 0,25% previsto por el PP. En Euskadi, además, la plataforma Gune que encabezan ELA y LAB ha convocado diversas manifestaciones contra la reforma de pensiones para el próximo día 19.