washington. La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos mantendrá contra pronóstico los estímulos sobre la primera economía del planeta. Así se desprende de la decisión anunciada ayer en Washington y que implica que el regulador norteamericano seguirá comprando deuda a un ritmo de 85.000 millones de dólares (unos 63.000 millones de euros) al mes, como viene haciendo desde final de 2012. Los analistas interpretan que esta decisión significa que existe aún temor respecto a una posible recesión.
El banco central de Estados Unidos dice que ve "una mejoría en la actividad económica y en las condiciones del mercado laboral" en el último año, pero "ha decidido esperar más pruebas de que el progreso es sostenido" antes de reducir sus compras de bonos. El comunicado tras su reunión de dos días indica preocupación por los recortes públicos y el ritmo de creación de puestos de trabajo pese al aumento del consumo y de la inversión privada.