vitoria. El que fuera presidente del Parlamento Europeo Josep Borrell trató ayer la actualidad económica y en concreto la crisis europea en la sintonía de Onda Vasca.

¿Hay Europa sin euro tal y como la concebimos ahora o no?

Nadie está considerando esta hipótesis. La fase aguda de la crisis sí creo que está superada, este verano ha sido relativamente tranquilo. Ahora estamos en una fase crónica, de bajo crecimiento y esa es la crisis que hay que lidiar con unas consecuencias sociales tremendas para la Europa del sur.

Hemos pasado de la Europa de las subvenciones a la Europa de los ajustes y eso vuelve a la gente más euroescéptica.

El entusiasmo europeísta disminuye; en los del sur, porque se ven sometidos a ajustes dolorosos, y en los del norte, porque creen que están pagando por un sur indisciplinado. Todas las encuestas lo muestran.

Europa impone disciplinas a países como España. ¿Lo hace con razón y, sobre todo, con legitimidad?

Creo que con poca racionalidad. Si usted fuera un trabajador alemán al que le han apretado el cinturón salarial durante diez años, no estaría muy entusiasmado si le dijeran que con sus impuestos tiene que salvar a los países que le pintan como países indisciplinados donde se vive mejor y se trabaja menos. Esta es la percepción. Creo que hay poca racionalidad porque me temo que las políticas en vez de curar el mal lo han agravado, han provocado una recesión y sin crecimiento no hay forma de reducir el endeudamiento. En Grecia se habla de un tercer rescate y después de un tercero vendrá un cuarto porque es completamente incapaz de pagar sus deudas.

¿Por dónde van las soluciones?

Van por definir políticas diferentes allí donde se pueden adoptar y es a escala europea. El Estado español no tiene fuerza para cambiar políticas que están definidas entre todos y la única forma de cambiarlas es que en varios países se produzcan cambios políticos. Si Merkel gana las elecciones va a seguir haciendo lo mismo.