vitoria. El modelo cooperativista ha salido reforzado durante la crisis. Las cooperativas han sufrido como todas las empresas, pero en líneas generales lo han hecho en menor medida, y pueden dar lecciones de cómo resistir y salir de la recesión. La receta parece sencilla, sazonar el trabajo social con comercio exterior en abundancia, pero tras el éxito hay en la mayoría de los casos muchos años de trabajo.
Es el caso de Copreci -fabricante de componentes de regulación de gas- y Orkli -sistemas de seguridad de aparatos termoeléctricos-, dos cooperativas vascas que son líderes mundiales de su sector. Son parte de la élite del movimiento asociativo vasco junto a Orona -número uno europeo en capacidad productiva de ascensores- y dos sociedades que están a la cabeza del mercado estatal: Danobat -máquina herramienta- y Fagor -ollas y agua caliente sanitaria-. Las cinco tienen en común estar bajo la bandera del la Corporación Mondragón.
La Confederación Empresarial Española de Economía Social (Cepes) destacó ayer el papel de las cooperativas en el conjunto del Estado y su capacidad para adaptarse al vendaval de la crisis . Juan Antonio Pedreño, presidente de la asociación, subrayó que el éxito de estas compañías "evidencian el valor de la Economía social". Según explicó, el cooperativismo representa el 10% del PIB español y es una fórmula de emprendizaje que guarda un perfecto "equilibrio" con el criterio de competividad. "Demuestra que la racionalidad económica y el progreso social son criterios compatibles", añadió.
Al lado de Copreci y Orkli hay otras dos cooperativas del Estado que ostentan en liderazgo mundial en su actividad, pero ambas operan, con y sin transformación, en el sector primario. Son Hojiblanca -productor de aceite de oliva virgen y aceitunas- y Anecoop -comercializador valenciano de frutas y hortalizas-. La cooperativa está ligada en cambio a la industria en Euskadi.
Según los datos del último informe anual de Konfekoop, la asociación de empresas de economía social de la CAV, que recoge datos de 2010, el movimiento cooperativista vasco genera cada año un valor añadido bruto de 2.476 millones, en torno al 4% del PIB vasco y facturar más de 7.800 millones en el delicado contexto actual. La ventas en el exterior alcanzaron los 2.160 millones de euros, casi el 30% del total. Con ese nivel de exportaciones lograron mantenerse en beneficios, y ganaron de forma conjunta 212,82 millones de euros en 2010. Konfekoop representa a 868 cooperativas que dan empleo a más de 56.000 personas en la CAV, de las que más de 38.000 son socios de trabajo.
El peso del asociacionismo vasco en el conjunto del Estado queda de manifiesto en el Ránking de Empresas Relevantes de la Economía Social, presentado también ayer por Cepes. Entre las 15 sociedades del ránking, figuran 7 vascas que representan casi el 75% de la facturación de todas las cooperativas presentes en el listado. El modelo es válido para cualquier actividad, sector y tamaño, la claves está en dar con el producto e invertir en futuro.
Trabajadoras de Copreci, líder mundial de componentes de regulación de gas en electrodomésticos. Foto: DEIA