Vitoria. Los sindicatos vascos advierten de que no aceptarán una nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral y que pondrán "en pie de guerra" a los trabajadores en caso de que el Gobierno español decida conceder al empresario más posibilidades para reducir las condiciones de trabajo. Las centrales denuncian que la reforma que entró en vigor en febrero del año pasado solo ha servido para destruir empleo y advierten de que continuar bajando salarios y abaratando el despido solo servirá "para precarizar aún más" unas condiciones que ya han sido "dinamitadas" con los últimos cambios en la regulación laboral. Como adelantó ayer este periódico, el Ejecutivo de Mariano Rajoy ha citado para finales de mes a los grupos políticos con representación en el Congreso para presentarles las líneas maestras de lo que será una nueva reforma del mercado de trabajo.

En realidad esto no será sino un mero trámite puesto que el PP goza de mayoría suficiente como para sacar adelante decretos sin el apoyo de ningún partido. El Ejecutivo español tiene intención de tocar de nuevo los puntos cardinales de las condiciones de trabajo como son coste del despido, tipos de contrato y descuelgue o inaplicación del convenio colectivo, entre otros.

El objetivo es cumplir con las exigencias de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la troika, que aunque aplaude los recortes de España considera que estos, en especial en el terreno laboral, siguen siendo insuficientes. La troika quiere rebajas de sueldos más abruptas y avanzar hacia un modelo de contrato con más facilidad para despedir. Aquí las exigencias de Europa y de la patronal española, que pide ahora poder modificar un contrato a jornada completa en parcial, se solapan, y no es difícil adivinar cuál será el resultado de la reforma de la reforma que el PP ya cocina a puerta cerrada. Fedea, fundación económica afín a la derecha española, ya lanzó la propuesta de un contrato único con una indemnización por despido inicial de 8 días por año de trabajo que se incrementaría con el paso de los años.

Joseba Villarreal, de ELA, afirma que su sindicato tenía claro que el PP estaba preparando "más ataques" a los trabajadores. "Rajoy tiene la opción de no cumplir con lo que le manda Bruselas, el problema es que la patronal, Rajoy y Bruselas tienen los mismos intereses", denuncia Villarreal, que advierte de que el otoño será "ardiente" en las empresas porque los ataques a los trabajadores "son inadmisibles", y cita el fin de la ultraactividad que ha acabado con la mayoría de convenios de ámbito vasco. "Quieren precarizar aún más un mercado laboral que ya han dinamitado", subraya.

"Seguir bajando los salarios está fuera de toda lógica. La última reforma laboral ya ha supuesto una rebaja muy importante y solo ha servido para crear empleo precario y estacional", dice Maribel Ballesteros de UGT, que también augura una alta conflictividad en otoño "si Rajoy no dice no a Europa y da otra vuelta de tuerca a la reforma".

Alfonso Peraita, de CCOO-Euskadi, subraya que todas las sugerencias realizadas en verano desde Bruselas y la CEOE forman parte de "una ofensiva empresarial para precarizar aún más las condiciones laborales". "Nos llevan a un modelo laboral del siglo XIX en el que el trabajador en un kleenex que cuando lo quieren lo utilizan y luego lo tiran", reprocha.

En la misma línea, LAB denunció "la ofensiva mediática del poder económico", que según la central está "preparando el terreno para realizar nuevos ataques contra la clase trabajadora". "Todos estos ataques, medidas y reformas no hacen más que ahondar en la crisis y empobrecer a toda la sociedad mientras unos pocos engordan cada vez más sus bolsillos", añade LAB, que asegura que habrá "respuesta" por parte de los trabajadores.