FRÁNKFURT. La recuperación de la economía de la zona euro será menos vigorosa de lo previsto en lo que resta de 2013, según refleja la última encuesta elaborada por el Banco Central Europeo (BCE) entre expertos en previsión económica, que pronostican una contracción del PIB de la región del 0,6% este año, dos décimas peor que su anterior previsión de mayo, mientras advierten de que el desempleo subirá en 2014 más de lo esperado, hasta el 12,4%.
Asimismo, de cara al próximo año los panelistas del BCE también son menos optimistas y rebajan al 0,9% sus proyecciones de crecimiento para la zona euro, frente al 1% previsto anteriormente, mientras que para 2015 esperan un repunte del 1,5%, frente al 1,6% esperado en mayo. De este modo, las previsiones de los expertos consultados por el BCE se alinean con las publicadas en junio por los propios analistas del banco central, que auguran una recesión del 0,6% este año, aunque para el próximo año esperan una expansión del 1,1%.
Según los encuestados, el principal factor que explica esta rebaja de las perspectivas de crecimiento de la eurozona es la mayor debilidad de la demanda durante el arranque de 2013, así como los decepcionantes datos procedentes de países emergentes como China o Brasil, que sugieren una menor contribución a corto plazo al crecimiento comercial.
Asimismo, las revisiones a la baja para 2014 y 2015 también se justifican por la expectativa de una menor pujanza de lo esperado de la demanda doméstica en la zona euro.
Respecto a la evolución del mercado laboral, los expertos consultados por el BCE pronostican una tasa de paro al cierre de 2013 del 12,3%, en línea con lo indicado en mayo, aunque para el próximo año, a pesar del esperado repunte de la economía, el desempleo escalaría al 12,4%, dos décimas por encima de lo anticipado en la anterior encuesta. Así, las nuevas previsiones contemplan una tasa de paro del 11,8% en 2015, frente al 11,6% previsto en mayo, y una tasa del 9,7% a largo plazo, una décima peor de lo previsto anteriormente.
A este respecto, los analistas consultados señalaron que, aparte de las peores expectativas de la economía, la desconfianza económica implica el aplazamiento de las contrataciones, así como la lentitud con la que dan fruto las reformas laborales en los países en crisis.
El BCE elaboró esta encuesta entre expertos en previsión económica ajenos a la institución entre los días 16 y 19 del pasado mes de julio.
En su informe mensual publicado ayer, el banco central se centra en la importancia de continuar con los esfuerzos de reducción del déficit público y en hacer hincapié en estrategias fiscales favorables al crecimiento para fomentar la competitividad, el crecimiento y la creación de empleo. "Para reforzar el efecto de dicha estrategia, los Estados miembros han de acelerar la aplicación de las reformas estructurales necesarias para fomentar la competitividad, el crecimiento y el empleo", recomendaron.
Asimismo, abogan por la eliminación de las "rigideces de los mercados de trabajo, reducir la carga administrativa y reforzar la competencia en los mercados de productos representará un apoyo especialmente para las pequeñas y medianas empresas". A su juicio, estas reformas estructurales son imprescindibles para reducir el elevado nivel actual de desempleo, "en particular de los segmentos más jóvenes de la población de la zona del euro", agregaron.