TOKIO. El Banco de Japón (BOJ) no modificará las actuales medidas de flexibilización monetaria y reafirmó su evaluación de la economía nipona que, como anunció en julio, "está empezando a recuperarse moderadamente". Los nueve miembros de la junta de política monetaria del emisor acordaron por unanimidad mantener la compra de deuda pública y activos de mayor riesgo, iniciada el pasado abril, en el objetivo de duplicar la base monetaria y acabar con la deflación crónica del país.

"El Banco de Japón continuará sus operaciones para incrementar la base monetaria a un ritmo anual de entre 60 y 70 billones de yenes -entre 465.887 y 543.534 millones de euros-", detalló el BOJ. El emisor advirtió de que a pesar de que "las economías extranjeras en su conjunto se están recuperando gradualmente", tampoco se descarta un empeoramiento. El BOJ reiteró que por el momento "se mantiene un alto grado de incertidumbre" en torno a los riesgos que afronta el país, entre ellos "el futuro de la crisis de deuda en Europa, el desempeño de las economías emergentes y el ritmo de recuperación en Estados Unidos".

Aunque matizó que la tercera economía del mundo espera "recuperarse moderadamente asentada en la solidez de la demanda doméstica y la mejora de las economías extrajeras". Sobre el objetivo para lograr una inflación sostenida del 2% en un periodo estimado de dos años, el BOJ remarcó que el actual dato del IPC, que en junio creció un 0,4 % interanual en el primer dato positivo en más de un año, denota que las expectativas de inflación "parecen incrementarse en su conjunto". El emisor nipón avisó de que "mantendrá su flexibilización monetaria cuantitativa y cualitativa para lograr estabilizar los precios en el 2%, durante el tiempo que sea necesario".