Una delegación del Gobierno de Malasia se ha reunido esta semana con empresarios vascos para explicarles las oportunidades de negocio en el país y animarles a invertir y establecer relaciones comerciales. Es tal vez el menos conocido en el plano económico de los denominados tigres asiáticos, pero su situación estratégica lo convierte en una puerta para acceder al resto de los países del sur del continente. Gigantes económicos de la talla de China, Corea del Sur, Taiwan -los dragones-, Japón o India están a un paso de Malasia, que comparte frontera con Indonesia y Singapur. Su área de influencia económica es un incentivo tanto para las transacciones comerciales como para la implantación.

También hay interés en el sentido contrario, y aún siendo un país relativamente pequeño -tiene algo más de 24.500.000 habitantes- su potencial inversor es enorme, con un ritmo de crecimiento de en torno al 5% los últimos años en medio de la recesión global. A iniciativa del Departamento de Desarrollo Económico y Competitividad, Spri organizó el pasado lunes las jornadas sobre Malasia. Dato' Mathialakan, el subdirector del organismo público que apoya las inversiones -Malaysian Investment Development Authority (MIDA)- fue el encargado de trasladar a los empresarios vascos el interes del gobierno asiático. También participó en el encuentro el embajador en España, Ilankovan Kolandavaleu, y la directora del MIDA en Francia, Zabidah Daud, que actúa como enlace entre su país y el sur de Europa. Los tres atendieron a DNA al término del encuentro empresarial.

Kolandavaleu considera que la crisis, más exactamente la búsqueda de una salida a la misma, puede acercar comercialmente dos países separados por casi 15.000 kilómetros. Euskadi está señalada como zona estratégica. De hecho, la gira del subdirector de MIDA ha continuado por París y Londres, tras recalar en Barcelona. El interés por las empresas vascas "es muy fuerte" y hay sintonías, como el alineamiento de las compañías en clusters, una herramienta que siempre facilita las relaciones comerciales. Las empresas y el gobierno de Malasia buscan socios que apuesten por una industria "intensiva" y "basada en el conocimiento", y consideran que la CAV tiene mucho que decir en ese terreno de juego.

A primera vista, las mayores oportunidades están en el sector de la automoción, en la industria manufacturera en general y en los servicios, donde el desarrollo de aplicaciones informáticas o el turismo son una gran fuente de ingresos.

Al contrario de lo que ocurre en China, no es necesario contar con un socio local para implantarse en Malasia, pero Mathialakan recomienda llegar a este mercado de la mano de una empresa malaya para sortear el muro que supone las diferencias culturales y los tramites administrativos. Además, Malasia ofrece un amplio catálogo de incentivos fiscales y la mejor forma de acceder a ellos es a través de la experiencia de las empresas locales.

La receta más válida para salir de esta recesión es buscar nuevos horizontes de negocio. Europa y América son destinos tradicionales de la inversión de Malasia y en pleno estancamiento de la economía europea, la colaboración empresarial puede ser un resorte de crecimiento.