bilbao. Damaso Casado confirmó ayer su renuncia a continuar liderando UGT-Euskadi y abrió de este modo oficialmente la batalla por su sucesión. Pilar Collantes y Raúl Arza se enfrentarán en un tenso y relativamente igualado pulso por hacerse con la secretaría general. La exdirectora de Osalan parte en principio con ventaja gracias a los apoyos de las federaciones con mayor número de afiliados; pero Arza, actual secretario de Organización, cuenta con el plus del respaldo del aparato del sindicato, que siempre es una correa de transmisión que moviliza votos.

La tensión interna lleva respirándose varias semanas. Collantes anunció su candidatura anticipándose a los tiempos que manejaba la organización y desvelando que Casado iba a abandonar la secretaría general. Ese controvertido paso al frente rompió cualquier posibilidad de lanzar una candidatura consensuada, como intentaba la corriente oficial, al tiempo que marcó un camino de no retorno al líder de los últimos años y limitó su margen de mediación entre aspirantes.

Casado se había negado hasta ayer a confirmar su retirada en su intento de buscar un equilibrio, de evitar una grieta en el sindicato. No lo ha logrado y aprovechó la presentación del congreso en el que se eligirá a su sustituto para hacerse a un lado.

riesgo de división Lo hizo marcando además distancias con ambas corrientes: "Por lo que comentan unos y otros, hay dos candidatos para el congreso, Pilar Collantes y Raúl Arza, por lo que serán los delegados los que decidan, democráticamente, a quien apoyan. Y yo voy a respetar que sean los delegados los que decidan, aunque la unidad sería mucho mejor".

Aunque reconoció que había tomado la decisión de retirarse precisamente en busca de una unidad interna que "no ha sido posible", Casado espera que no se produzca una ruptura y no descartó que los aspirantes acerquen posturas de aquí al 24 de mayo, cuando los 254 delegados del sindicato elijan al nuevo secretario general.

A pesar de que Collantes cuenta con el respaldo de las federaciones de Construcción, Servicios y Comercio y Hostelería-turismo, lo que implica tener mayoría entre los delegados, el todavía líder de UGT Euskadi recordó que el voto "es secreto" y que los delegados "votan libremente, no lo que defiende su federación". Es ése un terreno abonado a la incógnita y a la pugna interna, sobre todo porque los puentes entre el sector de Collantes y el de Arza están rotos.

Arza recibió las primeras críticas de su oponente poco después de confirmarse la candidatura: "Lo que ofrecen Dámaso o Raúl es continuidad con una política ya retrógrada que no sitúa a la UGT de Euskadi donde tiene que situarla".

Damaso Casado, ayer, en la sede de UGT Euskadi. Foto: JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ