WASHINGTON. "Desde el punto vista del FMI, es incorrecto interpretar que las proyecciones del informe Fiscal Monitor insinúan que España es insolvente", dijo a Efe una portavoz del FMI que pidió el anonimato.

"Las proyecciones del Fiscal Monitor se hicieron en base a políticas (que permanecen) sin cambio. Aunque esperamos que medidas fiscales adicionales reduzcan el déficit en el futuro, no fueron incluidas porque no fueron identificadas específicamente en su momento", precisó la portavoz.

El FMI respondió así a un artículo de opinión del diario británico "The Telegraph" que, al analizar la situación financiera de España, afirmó que ese país es "oficialmente insolvente" y recomendó "sacar el dinero mientras se pueda".

El artículo, escrito por el editor asociado del diario, Jeremy Warner -descrito como uno de los principales comentaristas económicos de Gran Bretaña- se apoyó en un informe del FMI del mes pasado para concluir que, a su juicio, es "inevitable" una "gran reestructuración" de la deuda en España.

El informe "Fiscal Monitor" del FMI "desde luego" no califica directamente de insolvente a España "porque el FMI es demasiado diplomático para semejante lenguaje. Pero ese es el simple significado de sus últimos pronósticos, que tienen al menos un aire de realismo", argumentó Warner.

El comentarista recordó que Europa aseguró en su momento que Grecia sería el primer y último país que afrontaría una reestructuración, pero posteriormente Chipre sufrió una situación similar.

Warner señaló que, según proyecciones que incluso toman en cuenta el reciente paquete de austeridad anunciado por el Gobierno español, se espera que el déficit de España sea del 6,9% en 2013, y del 6,6% al año siguiente, sin que se registren avances significativos.

Agregó que para 2018, España tendría "el peor déficit estructural de cualquier economía avanzada", incluyendo a otros países con crisis fiscales como el Reino Unido y Estados Unidos.

Según Warner, España "está retrasando una mayor recapitalización de sus bancos a la espera de la puesta en marcha de la unión bancaria europea, con la esperanza de que lo haga en su lugar".

"Pero si Chipre sirve de precedente, esto conllevará un alto precio" que incluiría, según Warner, el rescate de los acreedores bancarios y la posibilidad de "confiscación de depósitos".