BILBAO. Los sindicatos y ciertos grupos políticos son, en cierta medida, reticentes a una proliferación de las Entidades de Previsión Social Voluntaria porque consideran que ello es una excusa para ir arrinconando el sistema público de pensiones y sustituirlo por un sistema privado. Ignacio Etxebarria, el presidente de la Federación vasca de EPSV descarta de plano que ese sea el objetivo.
¿Las EPSV pretenden llegar a sustituir a las pensiones públicas en el futuro?
No. En ningún caso. La palabra clave es complementar. Las EPSV pretenden ofrecer a los socios un complemento a su pensión pública.
Cuando hablamos de complemento, ¿qué porcentajes estamos poniendo sobre la mesa como objetivo?
El objetivo con el que trabaja el sistema vasco de previsión social voluntaria es obtener un grado de cobertura que permita cubrir en el futuro hasta el 20% de la retribución final. Naturalmente ello implica unas carreras de aportaciones largas a las EPSV, de al menos 25 años en el caso de un trabajador normal porque este es un sistema de capitalización.
¿Está en riesgo el sistema público de pensiones en el Estado español?
No. Y aquí nadie lo cuestiona. Otra cosa es que la realidad económica es la que es y la tasa de natalidad es la que es. Debemos ser conscientes de que en un futuro no tan lejano el nivel de protección que dispensa la Seguridad Social no va a ser sostenible en los parámetros actuales debido a la cada vez más tardía incorporación al mercado de trabajo y a la más alta esperanza de vida. ¿Qué significa esto? Pues que en el futuro sí va a haber pensiones públicas pero, posiblemente, de menor cuantía que hoy en día. No podemos obviar que en Euskadi, por ejemplo, el ratio entre cotizantes activos y pensionistas y demás pasivos ha caído a un 1,9% y por debajo del 2,1% empieza a generar problemas de sostenibilidad. En la actualidad no es inhabitual que la generación que se jubila lleve 35 o más años cotizados y perciba un 90% de su salario. Probablemente en el futuro, teniendo en cuenta la pirámide de edad de la población y la evolución económica, la cifra baje al 70% y de ahí la importancia de contar con un sistema complementario de pensiones si se quiere mantener un poder adquisitivo próximo al que se tenía en activo.
Por un lado parece que se quiere incentivar que los ciudadanos ahorren para una pensión complementaria pero luego ese ahorro no es tratado de manera especialmente positiva a nivel fiscal.
Efectivamente. Y este es un tema que estamos tratando con las diferentes administraciones vascas. Hay que tener en cuenta que ahorrar a través de una EPSV tiene una serie de rigideces, -la disponibilidad es limitada, es un ahorro a largo plazo, etc-, que lo hace menos atractivo que otras fórmulas y ello debe considerarse a nivel tributario para dotar a las aportaciones a las entidades de previsión social voluntaria de un tratamiento fiscal adecuado que favorezca el ahorro para la jubilación a través de las citadas EPSV. Se nos dice que las EPSV suponen por deducciones efectuadas un gasto fiscal de 325 millones de euros en la CAV con los datos de 2012 pero no se tiene en cuenta, por ejemplo, que unos jubilados que reciben una prestación complementaria de las EPSV durante su jubilación aportan, vía IRPF, más ingresos fiscales. Tampoco se tiene en cuenta adecuadamente, y es otro ejemplo, que si un matrimonio alcanza en su jubilación un mayor nivel de renta, de digamos 200 euros al mes, gracias a la EPSV, puede pagar un seguro médico privado que teniendo en cuenta las prácticas habituales en Euskadi supone un ahorro claro para la sanidad pública vasca, sobre todo en pruebas y análisis médicos.
Hay ciudadanos que en esta coyuntura están preocupados por el hecho de poder disponer de la aportación a una EPSV en casos de problemas sobrevenidos.
Como es sabido las aportaciones a una EPSV, a diferencia de los fondos de pensiones del Estado español, se pueden rescatar a los diez años pero también, en menos de un año, si acontecen contingencias especiales, como invalidez, paro, enfermedad grave etc.
¿Qué precisa el sistema de previsión social voluntario para extenderse a un mayor porcentaje de la población vasca?
La fórmula idónea es a través de los sistemas colectivos de empleo mediante la negociación colectiva pero ello supone tomar conciencia de que la aportación a una EPSV supone diferir una parte de la renta actual, del salario presente, para cobrarla en el futuro. Hay que ser consciente que este es un sistema pensado para el ahorro a largo plazo y ello precisa, sobre todo, seguridad jurídica. No se puede estar cambiando las normas y la fiscalidad cada tres años. Es necesaria una estabilidad.
Estos días se ha conocido que el fondo de reserva de la Seguridad Social, que cerró 2012 con unos 60.000 millones de euros, tiene invertido el 97% del dinero en deuda pública española cuando hace cinco años solo era el 50% porque el resto estaba en bonos de países extranjeros. De hecho se ha estado vendiendo deuda alemana, que cuenta con el máximo rating como es ratingAAA
En nuestro sector no es usual esa concentración de riesgo por un tema básico de prudencia. Adicionalmente hay un elemento más para la reflexión. Una EPSV, por ley, no puede invertir más de un 2% de sus fondos en las entidades que la promueven. Y es difícil no pensar que es el Estado el que promueve el fondo de reserva de la Seguridad Social y que este invierte en deuda del propio Estado.