Vitoria. Cuando llegue el próximo lunes, 8 de abril, faltarán exactamente tres meses para que caduque el convenio del Metal en Álava, dejando el futuro de 35.000 metalúrgicos alaveses a merced de lo que dicte la reforma laboral del Gobierno central. Ese día de julio desaparecerá no sólo el convenio del Metal sino el resto de acuerdos provinciales que no hayan sido renovados con anterioridad, lo que sitúa al escenario laboral ante un problema mayúsculo. Y es que los trabajadores que se vean afectados por esta medida pasarán a depender de los acuerdos autonómicos o estatales, y si no los hubiere, del Estatuto de los Trabajadores.
En este contexto, el nerviosismo sindical resulta evidente. En el caso del Metal alavés, ni tan siquiera 25 reuniones celebradas en los últimos meses entre la patronal alavesa SEA y las centrales más representativas han servido para acercar posturas. Todo lo contrario. A cada nuevo encuentro se suceden las tensiones. Y el tiempo corre.
El sindicato UGT moverá ficha el próximo lunes. Ayer anunció que presentará en la mesa de negociación del convenio del Metal una propuesta de "convenio transitorio", que plantea como principal punto de partida la inclusión de una cláusula de ultraactividad, es decir, que el convenio siga vigente hasta que se logre un nuevo acuerdo. El secretario de Acción Sindical de esta central, Paco Antúnez, instó a la patronal alavesa, como miembro de la organización estatal Confemetal, a que en el convenio alavés "se incluya, con los mismos criterios del estatal, la cláusula de que el actual convenio siga vigente mientras no se alcance un nuevo acuerdo".
Su propuesta no es nueva en Euskadi. Ya el pasado 21 de marzo presentó la misma oferta en la mesa de negociación del convenio de Metal de Bizkaia, "que parece que fue bien acogida por otros sindicatos y la Federación Vizcaína de Empresas del Metal (FVEM) se mostró receptiva a la misma". En el caso de Álava, se plantea con una vigencia a cuatro años (2011-2014), con incrementos salariales del IPC y el mantenimiento de la jornada laboral actual, "pero con el compromiso explícito de garantizar el empleo buscando fórmulas alternativas, consensuadas con los agentes sociales o la representación legal de los trabajadores", sostuvo Antúnez.
En la misma línea, el representante de UGT apeló a la responsabilidad y voluntad negociadora, tanto de las patronales vascas como de los sindicatos en la mesa de negociación, ya que, de no alcanzarse un acuerdo pronto, más de 35.000 trabajadores metalúrgicos alaveses y 200.000 en todo Euskadi "se podrían encontrar en una situación de arbitraria frente a los empresarios", concluyó Antúnez.
Por su parte, SEA ya presentó recientemente su propuesta para evitar la desaparición fulminante de los convenios. Entre otros, propone una prórroga de éstos hasta el 31 de diciembre, con una ultraactividad de un solo año, algo que choca con el interés sindical, que pretendería una ultraactividad indefinida.