BILBAO. La crisis afectó seriamente a los resultados de buena parte de las empresas vascas más importantes durante el pasado año y sólo las volcadas en los mercados internacionales lograron salvar positivamente el ejercicio. De hecho, si se analizan la quincena de empresas de Euskadi que cotizan en Bolsa se constata que obtuvieron un beneficio neto conjunto de unos 4.261 millones de euros, una cifra que es casi un tercio inferior a los 6.291 millones obtenidos en 2011.

El fuerte recorte del beneficio se centró principalmente en dos grupos: BBVA, que presentó un beneficio de 1.676 millones de euros frente a los 3.004 del ejercicio precedente, y Gamesa, que cerró 2012 con las pérdidas más importantes de una empresa vasca en términos absolutos, nada menos que 659 millones de euros, -más de 100.000 millones de las antiguas pesetas-, en números rojos que contrastan con los 51 millones de euros de beneficios del año anterior.

La evolución negativa de BBVA y Gamesa en 2012 tuvo mucho que ver con el hecho de que se vieron lastradas por el ajuste derivado del saneamiento de los créditos al sector inmobiliario, en el caso del banco vasco, y por el adelgazamiento de tamaño del fabricante de aerogeneradores vizcaíno por el parón de las nuevas instalaciones eólica dados los problemas de financiación existentes. Con todo, ambas sociedades esperan mejorar resultados este año.

Otras empresas vascas cotizadas en Bolsa vieron caer sus resultados en 2012 como fue el caso de las guipuzcoanas, CAF e Iberpapel con recortes del beneficio del orden del 32% en el caso del fabricante de material ferroviario y del 23%, en la papelera. La compañía de Beasain ha visto como en el exterior sufre una competencia creciente que está reduciendo los márgenes sin que el importante salto tecnológico hacia la alta velocidad dado por CAF y su amplia experiencia en gestión ferroviaria le permita compensar la debilidad de la demanda en el Estado español.

Los resultados del fabricante de textil para ropa vaquera, Tavex, -la antigua Algodonera de Bergara, ahora más brasileño que vasco-, también empeoraron pero en su caso sin salir de los números rojos.

En la senda positiva estaban en 2012 los fabricantes vascos de tubos de acero sin soldadura que exportan el 90% de su producción. Tubacex mejoró sus resultados pero el Grupo Tubos Reunidos redujo el beneficio un 56%.

El fabricante de componentes de automoción CIE Automotive, con una importante presencia, entre otros países, en Brasil, logró capear el temporal de la débil demanda de automóviles en Europa y aumentó ligeramente el beneficio, al igual que el fabricante alavés de envases de vidrio Vidrala y el productor navarro de envoltorios de colágeno para la industria alimentaria, Viscofán, que se beneficiaron de su fuerte implantación internacional para ganar más y asegurar el empleo en Euskadi.

La bodega navarra de Barón de Ley y el laboratorio farmacéutico vizcaíno FAES mejoraron sustancialmente sus resultados en 2012 al igual que el grupo bilbaíno Minersa.

En cifras pequeñas pero positivas se movió el grupo navarro Azkoyen. La eléctrica vasca Iberdrola ganó 2.840 millones de euros el pasado año, un ligero incremento de poco más del 1,3% del resultado, pero que situó a la compañía vizcaína como la segunda empresa del Ibex por el volumen total de beneficios.

En todo caso, los datos muestran que un incremento de la presión fiscal sobre las empresas, al menos en el impuesto de sociedades, en esta coyuntura adversa no produciría un efecto importante sobre la recaudación fiscal de las haciendas forales vascas porque si las empresas cotizadas que son, en su gran mayoría, las más internacionalizadas e importantes no consiguen, en conjunto, mejorar sus beneficios, las perspectivas para el resto de las compañías no son mejores. Y eso en Euskadi, donde la incidencia de la crisis no ha sido hasta ahora tan importante como en España como se refleja en la evolución del desempleo.

El beneficio cae a la mitad En el Estado español, los resultados de las empresas en 2012 fueron aún peores que en Euskadi. Las empresas del Ibex cerraron 2012 con unos beneficios de 14.732 millones de euros, lo que supone un descenso de más del 56% con respecto a las ganancias de 34.143 millones de euros registradas en 2011, arrastradas por la mala evolución de la banca y de las empresas del sector de la construcción.

Según los resultados comunicados por las empresas que cotizan en el principal índice de la Bolsa española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), las citadas compañías que cotizan en el Ibex-35 registraron el pasado año el mayor recorte de sus beneficios netos desde que estallara la crisis hace cinco años.

En 2008, las empresas del Ibex ganaron un 5% menos que en 2007, caída que se acentuó hasta el 22% en el ejercicio de 2009, año que registró el mayor descenso del PIB español en las últimas décadas, nada menos que un -3,7%, cifra mucho peor que el -1,4% de 2012. El problema es que la mayoría de las empresas españolas están debilitadas por los cinco años de crisis y sus resultados, en líneas generales, empeoran. Doce meses más tarde, el beneficio de estas empresas experimentó una reducción del 24%.

Así las cosas mientras el conjunto de las empresas vascas cotizadas en Bolsa vio reducirse el beneficio un 32%, el conjunto de las que forman parten del Ibex lo hizo un 56%, cifra que empeoró la caída de 2011, cuando el retroceso de los resultados netos de las empresas que configuran el principal selectivo bursátil español bajaron el 33,8%.

Además, ocho de las 35 empresas del Ibex cerraron el año 2012 con pérdidas frente a una sola en 2011 y ninguna en 2010.

Si se analizan los resultados de todas las empresas españolas en el ejercicio 2012, sin contar las entidades financieras, el beneficio neto de las empresas se desplomó un 62,3% el pasado año, frente al descenso del 34,7% contabilizado en 2011, según los datos recogidos en el Boletín Económico del Banco de España de marzo.

Las empresas vascas como Vidrala con amplia presencia internacional son las que, en general, mantienen el beneficio. Foto: Juan Lazkano

El beneficio de la totalidad de las empresas del Estado, sin contar bancos, cayó el 62% el pasado año