Bruselas. La Comisión Europea (CE) insistió ayer en que la fórmula acordada en el rescate de Chipre es "única", aunque admitió que los depósitos superiores a 100.000 euros podrían sufrir pérdidas para financiar los futuros rescates, si se aprueba su propuesta sobre resolución bancaria.

"El caso de Chipre es único por muchas razones, es una situación extraordinaria y se ha encontrado una solución apropiada para el caso específico chipriota", dijo ayer la portavoz de Mercado Interior y Servicios de la Comisión, Chantal Hughes.

Descartó que se vuelvan a dar las mismas "circunstancias" que sufre Chipre y que, por tanto, se apliquen las mismas medidas a otros países, pero dejó claro que la fórmula acordada para la isla no significa que será considerado un "modelo perfecto que pueda ser utilizado, tal cual, en el futuro".

No obstante, la portavoz recordó que la CE ha propuesto que ya no sea el contribuyente el que tenga que pagar los platos rotos de la banca.

Medidas de control Hughes destacó la importancia de poner en marcha el supervisor único bancario para la eurozona, que refuerce el control sobre las entidades financieras, así como acordar con el Parlamento Europeo la normativa propuesta en junio por la Comisión sobre la resolución bancaria, que precisamente prevé el rescate interno para recapitalizar los bancos.

En esta propuesta, "en ningún caso existe la posibilidad de incluir a los depósitos inferiores a 100.000 euros, ni ahora ni en el futuro. En ningún momento es posible" que tengan que asumir pérdidas para salvar un banco, recalcó. Sin embargo, en la propuesta que está actualmente siendo negociada con la Eurocámara "no se excluye que los depósitos por encima de 100.000 euros puedan ser instrumentos elegibles para el rescate interno".

El ministro de Finanzas de Chipre, Mijalis Sarris, confirmó ayer a la cadena pública británica BBC que el recorte aplicado a los depósitos superiores a los 100.000 euros en su país podría rondar el 40%.

Bruselas se apresura ahora a pasar página y a disipar las tensiones que han causado el tira y afloja con Nicosia tras meses de discusiones, sesiones maratonianas de negociación, la creciente incertidumbre entre inversores y ciudadanos chipriotas y una estrategia de comunicación considerada desafortunada.

Las declaraciones del presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que daba a entender que la fórmula pactada en el rescate a Chipre -que aplica pérdidas importantes a los grandes ahorradores, accionistas y tenedores de bonos júnior y sénior- puede servir como receta en otros casos, causaron el lunes alarma en las bolsas europeas.

La española registró la cuarta mayor caída del año, el 2,27%, y volvió a acumular pérdidas, una tendencia a la baja que ayer se mantuvo más suavizada, mientras la prima de riesgo subía de 348 a 362 puntos, para volver a bajar a 356 puntos.

Inestabilidad económica Dijsselbloem indicó también que la eurozona debería tener como objetivo "una situación en la que nunca tendremos que considerar la recapitalización directa" y que la necesidad de una inyección de capital vía el fondo europeo de rescate se reducirá cada vez más con instrumentos de rescate interno de los bancos.

"Desear que el uso de este instrumento (de recapitalización directa) no sea necesario, no quiere decir que un acuerdo para hacerlo posible sea algo en lo que no sigamos trabajando", recalcó al respecto el portavoz de Asuntos Económicos y Monetarios de la Comisión Europea, Simon O'Connor.

La polémica causada por Dijsselbloem le llevó a recalcar este lunes que Chipre es un "caso específico con retos excepcionales que requerían las medidas de participación del sector privado que acordamos" y que los rescates "están hechos a medida a la situación del país en cuestión y no se usan modelos o patrones".

Dijsselbloem afirmó en un programa de la televisión holandesa que no conocía la palabra inglesa "template" (plantilla o patrón) y negó haber utilizado ese término para referirse a que el caso de Chipre pueda servir de modelo para futuros rescates.