Bilbao. La primera fase del plan de liquidez de pymes y autónomos permitirá a 1.800 empresas vascas mejorar su situación financiera y evitará que 19.000 personas se queden sin trabajo. El lehendakari presidió ayer en Gasteiz la firma de los convenios con la entidades financieras y las sociedades de garantía recíproca que participan en el programa, que cuenta con un presupuesto global de 600 millones de euros aunque arranca con la mitad de los fondos en una dotación inicial.

Las empresas de pequeño tamaño y los profesionales ya pueden dirigirse a las sociedades de garantía recíproca, Elkargi y Oinarri, para que evalúen su propuesta de financiación. Si superan ese filtro, tendrán el aval de estas sociedades y del Gobierno vasco de cara a solicitar un crédito en cualquiera de las nueve entidades financieras que participan en el programa. El préstamo tendrá además unas condiciones atractivas -Euríbor +3,5%-, de modo que se salvarán los dos principales obstáculos de acceso a la liquidez: las reticencias del sector bancario a abrir el grifo de la financiación y las dificultades para hacer frente a los pagos.

El paso que dan todas las grandes cajas y bancos que operan en Euskadi es clave en ese proceso y Urkullu expresó su agradecimiento a las entidades. "Éste es el camino para salir juntos de la crisis: trabajo conjunto, concertación y acuerdos", dijo el lehendakari, mensaje extrapolable a la negociación de los Presupuestos.

El Gobierno vasco considera que es "esencial" desatascar las arterias de la financiación para preservar el empleo. Los primeros fondos ya están preparados para insuflar en las empresas "el oxígeno que necesitan". El lehendakari garantizó que "cuando se agoten estos 300 millones, vendrán otros 300 si es necesario", ya que "el empleo es una prioridad a la que el Gobierno vasco va a dedicar todos sus esfuerzos". El Ejecutivo del PNV ha recuperado y actualizado el programa puesto en marcha por el gabinete de Ibarretxe en 2008 y busca relanzar los flujos crediticios en dirección al tejido productivo. Más de 1.800 empresas se beneficiaron entonces de un programa que continuó Patxi López y la asistencia rozó los 500 millones de euros. En cambio, la versión limitada del año pasado, sin la participación de las sociedades de garantía recíproca, solo movilizó 63 millones de los 400 disponibles. El crédito está de nuevo colapsado, pero a partir de ahora, contarán con el aval del Ejecutivo vasco a la hora de pedir un préstamo, un respaldo que el lehendakari consideró "el corazón" del programa. "Esa garantía del Gobierno hace que el riesgo financiero se reduzca, que se pueda otorgar el crédito en unas condiciones aceptables", dijo.

La Asociación Profesional del Trabajo Autónomo de Euskadi (UATAE) denunció ayer que en los últimos cinco años de crisis económica se han perdido en Euskadi doce trabajadores por cuenta propia al día. Otro dato preocupante revela que el número de trabajadores afectados por un ERE en la CAV en febrero ha sido de casi 4.000, un 38% superior al del mismo mes de 2012.

El Gobierno Vasco considera que el programa de circulante es el antídoto contra la destrucción de empleo. Las entidades que han suscrito el convenio de financiación son Kutxabank, Caja Laboral Ipar Kutxa, BBVA, Banco Santander, Caixabank, Banco Sabadell Guipuzcoano, Banco Popular, Bankinter, Caja Rural de Navarra y Bankoa Credit Agricóle.

Elkargi mostró su satisfacción por la puesta en marcha de una línea de apoyo a pymes y aseguró que toda su red de oficinas está ya a disposición de los pequeños empresarios y autónomos. También celebró la iniciativa Confebask, que considera que el plan presentado por Lakua atiende "con carácter prioritario" uno de los "más graves problemas" que está afectando a la economía real, el de "la falta de acceso" a la financiación.

Además, la patronal realizó un llamamiento a las Entidades de Previsión Social y otro tipo de fondos para que formen parte de este acuerdo, al considerar que "solo uniendo los esfuerzos de todos lograremos ver la salida a este túnel que ya dura demasiado tiempo". La participación de los fondos de pensiones está pendiente de cambios normativos y se producirá a título individual si sus gestores así lo deciden. La idea es que las EPSV compren bonos de bancos y cajas y que ese dinero entre en el circuito de los créditos para pymes.