nicosia. La canciller alemana, Angela Merkel, considera que el Gobierno chipriota debe presentar urgentemente un plan de rescate alternativo y que esta propuesta no puede incluir la participación en el plan de los fondos de pensiones nacionales.

El Gobierno alemán expuso ayer de nuevo, en una amplia batería de intervenciones, sus líneas rojas en torno a la crisis chipriota, a la vez que insistía en que el único interlocutor de Nicosia es la troika, compuesta por la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo.

La canciller se mostró tajante y aseguró que Nicosia no debe poner a prueba "la paciencia" de la troika ni forzar sus límites, dilatando la presentación de un plan de rescate.

La jefa del Gobierno alemán criticó en este sentido la falta de comunicación y contactos durante días entre Nicosia y la troika.

La canciller, además, está en contra de la propuesta de que los fondos de pensiones públicos chipriotas contribuyan a los 7.000 millones de euros que el país debe recabar para obtener los 10.000 millones que, como máximo, le ofrece el Eurogrupo. La idea de involucrar a los fondos de pensiones públicos ya la puso encima de la mesa Nicosia el pasado fin de semana, aunque la medida fue descartada por el Eurogrupo.

Mientras, el Parlamento chipriota debate en Nicosia un total de nueve borradores de ley, en lo que se ha conocido como el plan B, con el que se pretende reunir los 5.800 millones de euros que exige la troika a cambio del rescate de 10.000 millones de euros. En el exterior, cientos de chipriotas se manifiestan contrael corralito bancario.

Según el ministro chipriota de Finanzas, Mijailis Sarris, tasar los depósitos (aquellos superiores a 100.000 euros, el límite garantizado por Bruselas) "está claramente sobre la mesa" en la negociación a contrarreloj del país mediterráneo con la troika y los partidos políticos para llegar a un acuerdo que, por un lado, le permita presentar una propuesta satisfactoria a sus socios europeos y, por el otro, logre aglutinar el apoyo del Parlamento al plan. La pregunta ahora es cuánto se quedará Chipre de los grandes depósitos. Las primeras informaciones apuntaban a "una tasa superior al 10%"; más tarde, la televisión pública anunció que se estaba negociando un 15%.

Chipre necesita recursos y sus entidades financieras, ahora en pleno corralito, no despiertan gran confianza ni dentro ni fuera del país. En este contexto, el Gobierno chipriota ha llegado a un acuerdo con el griego, para que el banco Piraeus, la tercera entidad de Grecia, absorba las filiales en este país del Banco de Chipre y del Banco Popular (Laikí), el segundo de Chipre.