BILBAO. La junta general de accionistas de Iberdrola transcurrió en medio de una tranquilidad sin precedentes en los últimos años. La razón no fue otra que la derrota del presidente de la constructora ACS y máximo dirigente del Real Madrid, Florentino Pérez, en su intento de acceder al consejo de la eléctrica.

Tras el rechazó de la mayoría de accionistas de Iberdrola a sus tesis y varios reveses judiciales, el grupo madrileño ACS, que llegó a controlar los derechos sobre cerca del 20% del capital de la eléctrica vasca, ha tenido que ir vendiendo sus acciones instado por la banca prestamista a la vista de su elevado endeudamiento.

El resultado de dichas desinversiones ha afectado negativamente al valor de la acción de Iberdrola en Bolsa, -cotiza en torno a los 4 euros lo que supone valorar la compañía en unos 25.000 millones de euros-, aunque los 2.841 millones de euros de beneficio, un 1,3% más, y la diversificación en mercados internacionales permite augurar, según el presidente, un notable potencial de crecimiento a medio plazo.

También se constató en una junta que contó con un quorum del 81% del capital, presente o representado, como alguno de los grandes accionistas tradicionales se han visto obligados a reducir su participación. Ese es el caso de las antiguas cajas de ahorros incluidas las dos de mayor peso en Iberdrola, BFA-Bankia y Kutxabank, que han pasado en el último año del 5,2% al 5%, y del 5,4% al 4,9%, respectivamente, El último informe de gobierno corporativo de Iberdrola, al que hizo referencia el presidente de la compañía en la junta, muestra además que ACS había pasado de controlar, de una forma u otra, una participación del 18,8% el año pasado a un teórico 5,6% este, aunque se presentó con mucho menos capital.

Curiosamente, los accionistas internacionales han ido ganando poder, hasta el punto de que Qatar Holding, -que nunca ha pedido entrar en el consejo-, es ya el primer accionista, con un 8,1%. Además, el capital foráneo representa ya un 43% del total, tres puntos más que hace un año.

En el turno de los accionistas sólo se produjeron diez intervenciones. La mayoría, satisfechos con los resultados y el dividendo, olvidaron este año a Florentino Pérez y se dedicaron a felicitar al equipo directivo por la gestión. La única crítica de los pequeños accionistas se centró en la elevada retribución del presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, que "supera varias veces" a la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.