NICOSIA. Según informa la televisión pública RIK, la comisión parlamentaria de Economía acaba de empezar sus deliberaciones y por ello la agenda se retrasa.
El Parlamento tiene previsto votar un total de nueve propuestas de ley y enmiendas legislativas, en lo que se ha conocido como el "plan B", con el que se pretende reunir los 5.800 millones de euros que exige la troika a cambio del rescate de 10.000 millones de euros.
La serie de leyes contempla, entre otros, la creación de un Fondo Nacional de Solidaridad, la restricción del movimiento de capitales, la consolidación de las entidades financieras y una amplia reforma del sistema bancario.
Tras el rechazo de Rusia a implicarse en el rescate y las reacciones poco favorables de otros socios europeos, como Alemania, el lenguaje político está cada vez más subido de tono.
Así, el presidente del Parlamento, el socialdemócrata Yannakis Omiru, señaló al canal "Mega", que "si el objetivo es estrangular la economía chipriota debemos estar listos para examinar otras opciones que salvaguarden la soberanía elemental del Estado chipriota y eviten la tutela permanente de Berlín sobre Chipre".
"Si este es su objetivo, nos dejan como única opción tomar medidas dolorosas fuera del mecanismo europeo y fuera de la troika", dijo Omiru en un lenguaje poco habitual para un presidente de un Parlamento.
Preguntado sobre cuáles podrían ser las fuentes de financiación alternativas, Omirú contestó: "Elaboraremos un plan alternativo que no estará sometido al control de la troika".
Por su parte, el director Ejecutivo del Laiki Bank, Takis Fidias, calificó de "totalmente injusto" el "plan B", en especial la reestructuración de su entidad financiera. En unas declaraciones al canal público chipriota RIK, Fidias opinó que la propuesta inicial del Eurogrupo, que incluía un impuesto a los depósitos, era "mejor".
Con las nuevas medidas "pagan Chipre, los ciudadanos y los trabajadores", apostilló.