La industria del automóvil arranca 2013 bajo cero, constatando que las matriculaciones se han vuelto a desplomar. Esta vez un 13,4% en relación con el pésimo año anterior; en la Comunidad Autónoma Vasca se han adquirido de enero a diciembre 25.616 coches, un 13,5% menos que en 2011. Podía haber sido peor, sugieren los representantes del gremio, que se congratulan por un plan PIVE que ha amortiguado un batacazo mayor. Siempre hay optimistas convencidos de que todos los días sale el sol, por más que algunas mañanas no alumbre ni caliente lo suficiente.
Los fabricantes de automóviles se debaten entre la esperanza de la recuperación y la frustración de no vislumbrar el final del túnel. La cruda realidad de un mercado en recesión, en el que el escaso flujo de consumo es generado de modo artificial, se deja notar en la lista de productos encaminados a la rampa de lanzamiento.
El año que comienza va a estar marcado por la prudencia que aconseja la situación. No cabe esperar, por tanto, alardes de imaginación ni apuestas arriesgadas, mucho menos derroche de medios. A las marcas de coches no les queda otra que afrontar el ejercicio con cautela y austeridad. Por eso se concentran en sacar adelante los proyectos que ya estaban en curso y devuelven al cajón los más osados. Así pues, en 2013 no se programan estrenos sonados, aunque sí interesantes renovaciones. Quizá falte color, pero no calidad.