BILBAO. La subida de impuestos que se negocia en la Comunidad Autónoma Vasca no será la solución definitiva a los problemas de la caída de ingresos fiscales porque es la menor actividad económica derivada de la crisis la que condiciona la evolución de los ingresos públicos. Este fue el mensaje que dejó ayer el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, tras subrayar que la Diputación que preside no va a subir el tipo nominal del Impuesto de Sociedades que soportan las empresas.
Con motivo de una intervención en el Fórum Europa. Tribuna Euskadi, Bilbao entró de lleno en el actual debate fiscal y aseguró que no es partidario de un aumento indiscriminado de la presión fiscal, ya que no supondría una subida sustancial de la recaudación. En su opinión, la caída de la recaudación no está motivada por cambios normativos que hayan reducido la presión fiscal, sino porque "la vaca" está enferma, por la caída de la actividad económica.
Bilbao argumentó con números su tesis y señaló que, por ejemplo, con una subida de nada menos que cinco puntos en el IRPF, la recaudación fiscal adicional sumaría "30 millones de euros". Esta cifra, según Bilbao, apenas mitigaría las necesidades recaudatorias de la Diputación de Bizkaia en cuyo presupuesto de gestión propia "disponemos en 2013 de 123 millones de euros menos que en 2012". En este sentido, defendió que para poder obtener unos ingresos que igualen lo presupuestado el año anterior, el total de ingresos brutos debería aumentar en unos 900 millones de euros en Bizkaia.
El diputado general de Bizkaia indicó que, en medio de la actual recesión, llegar a esa cantidad mediante nuevas medidas fiscales no sería posible. Si a esa subida del IRPF se le suma la reforma del Impuesto de Patrimonio "obtendríamos una recaudación adicional en 2014 de unos 20 millones de euros a sumar a los 56 millones que esperamos recaudar en el 2013. Nos siguen faltando 850 millones". Asimismo, recordó que si una empresa no genera beneficios "no hay Impuesto de Sociedades que recaudar y, además, acaba cerrando".
Con estos datos, Bilbao salió al paso de las afirmaciones que señalan que con un aumento de la presión fiscal se compensa la disminución de los recursos públicos. A su juicio eso no se corresponde con la realidad de los números. Según el diputado general vizcaíno, la verdadera conclusión es que "la caída de la recaudación no está motivada por cambios normativos que hayan reducido la presión fiscal" y consideró que la caída de la presión fiscal "viene dada porque la vaca está enferma por la caída de la actividad económica".
Para sostener su argumentario, Bilbao se apoyó en varios datos: en el periodo 2005-2012 la recaudación por impuestos directos, "que son sobre los que tienen potestad las diputaciones forales como el IRPF, Sociedades, etc.", aumentó un 12,3% mientras que los impuestos indirectos, que son los que dependen del Estado, como el IVA o los impuestos especiales, han recaudado un -6,2%. A la luz de estos datos, defendió que el proceso de modificaciones tributarias puesto en marcha con la reforma del Impuesto sobre el Patrimonio, las medidas antifraude y anti-elusión fiscal, el nuevo IRPF y el nuevo Impuesto sobre Sociedades "pueden suponer un aumento en la recaudación pero en ningún caso van a poder, solo por sí mismas, solventar el diferencial de menos ingresos tributarios que estamos sufriendo".
En este sentido, el máximo responsable de la institución foral vizcaína también salió al paso de las críticas sobre la mayor o menor presión fiscal vizcaína procedentes de la Diputación de Gipuzkoa. Destacó que en 2012 el esfuerzo fiscal antes de los ajustes entre territorios muestra que Bizkaia realizó el mayor esfuerzo fiscal con un 20,42% frente al 13,84% de Gipuzkoa y el 12,7% de Araba. Y añadió que, incluso tras el correspondiente reparto de los ingresos de la recaudación indirecta, Bizkaia con un 17,52% "realiza un mayor esfuerzo" que Gipuzkoa, 16,76% y Araba, 16,10%".
El diputado general recordó los ejes de la política tributaria: financiación de las políticas públicas, redistribución de rentas de forma que se avance hacia la equidad y justicia social, apoyo a la actividad económica, lucha contra el fraude y la elusión fiscal, uso inteligente del Concierto y un marco de referencia estable que favorezca la toma de decisiones.