madrid. La Caixa se apuntará un beneficio de unos 1.400 millones de euros con la compra de Banco de Valencia sin necesidad de buscar sinergias ni ahorros de costes, según informaba el lunes El Confidencial. Esta cifra es la parte aproximada del fondo de comercio negativo (badwill) generado por la operación que la entidad catalana podrá llevar directamente a su cuenta de resultados, según distintas fuentes conocedoras de la situación. Esta cifra supera los 900 millones que se ha apuntado Banco Sabadell por la compra de la CAM, pese a que esta entidad es mucho más grande que Banco Valencia. Un portavoz de La Caixa no hizo comentarios sobre esta información.

La explicación de este fenómeno contable reside, según la publicación digital, en que La Caixa está comprando por debajo del valor contable de Banco Valencia, lo que en vez de generar un fondo de comercio (goodwill o precio pagado superior al valor contable), que es lo normal al comprar una empresa sana, genera un fondo de comercio negativo (badwill) que supone un activo para el comprador que puede llevar a beneficios. En el caso de la entidad valenciana, La Caixa recibe 4.500 millones de capital, que se suman a los 980 millones de fondos propios iniciales que inyectó el FROB en la entidad y a otros 150 que se derivarán del canje de preferentes y subordinada; en total, 5.600 millones.

Con ese dinero, la entidad que preside Isidre Fainé tendrá que acometer el saneamiento del balance de la entidad valenciana. Y en esa tarea ya se encontrará mucho hecho, puesto que los activos tóxicos (crédito promotor e inmuebles adjudicados) se traspasarán al banco malo y, además, ha conseguido un EPA -garantía contra posibles pérdidas futuras- para otra cartera de 4.350 millones de créditos a pymes en riesgo. Eso significa que le sobrarán al menos 1.400 millones que podrá llevar directamente a beneficios. El EPA no se incluye en el cálculo del badwill.

Esta situación ya se dio en la compra de CAM por el Banco Sabadell. Entonces, el FROB inyectó 5.300 millones de capital que, sumados a lo inyectado inicialmente, otorgaron un badwill de 6.000 millones a la entidad presidida por Josep Oliu (aparte, recibió un EPA que cubre hasta el 80% de una cartera de 20.000 millones una vez restadas las provisiones que tenía CAM). De ese fondo de comercio negativo, Sabadell se va a apuntar 900 millones como beneficio, mientras que los 5.100 millones restantes se han utilizado para sanear y reestructurar la entidad alicantina, incluyendo la reducción de oficinas y de personal.