Bruselas. La cuenta atrás que obligará a retrasar la edad de la jubilación en España hasta los 67 años para 2027 ya ha empezado. El próximo 1 de enero entrará en vigor la reforma de las pensiones aprobada por el anterior gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y lo hará con un nueva advertencia lanzada ayer desde Bruselas: los cambios introducidos han tenido un "impacto positivo visible" pero son insuficientes para revertir una tendencia en el gasto que seguirá estando hasta el año 2060 "claramente por encima de la media europea", alerta el último informe sobre sostenibilidad fiscal en 2012 presentado ayer por el vicepresidente económico, Olli Rehn.

¿La solución? Acelerar todavía más el retraso de la edad de jubilación para que los trabajadores se beneficien más tarde y contribuyan durante más tiempo a sostener el sistema.

"España ha aprobado una reforma del sistema público de pensiones en 2011 que ha tenido un impacto positivo visible" pero "la proyección del gasto público seguirá claramente por encima de la media de la UE hasta 2060, incluso teniendo en cuenta los efectos de esta reforma", avisa la Comisión europea.

Y es que aún teniendo en cuenta que España planea introducir un factor de sostenibilidad para ajustar automáticamente cada cinco años las pensiones en función de la esperanza de vida, el informe recuerda que el gobierno todavía no ha legislado sobre esta cuestión. En consecuencia, prosigue el estudio, "se observan riesgos a la sostenibilidad del sistema de pensiones en España a medio y largo plazo".

Un riesgo que solo se rebajará si se incluye en el sistema de pensiones español un vínculo directo entre la edad de retirada del mercado laboral y la esperanza de vida, de 79,4 años en el caso de los hombres y 85,4 en el caso de las mujeres.

"España debería garantizar que el factor de sostenibilidad del sistema de pensiones incluya un vínculo claro de la edad de jubilación con cambios en la esperanza de vida de forma que el gasto en pensiones pueda frenarse a largo plazo", recuerda el informe en línea con las recomendaciones ya aprobadas por los ministros de economía de la UE este mismo año.

Según el informe sobre envejecimiento de 2012, el gasto público relacionado con el envejecimiento aumentará del orden de 3,9 puntos del PIB durante el período 2010-2060, frente al 2,9 de la media europea. Concretamente, durante este próximo medio siglo el gasto en pensiones en España se disparará un 3,6%, muy por encima de una media europea que se situará en el 1,4%, y lejos del 1,9% que destinará a sanidad (2% en la UE).

Pese a este complicado escenario, Oli Rehn evitó concretar si el Ejecutivo comunitario impondrá nuevos deberes a España en materia de pensiones. "No quiero entrar en detalles sobre ninguna nueva reforma del sistema de pensiones en España pero sí quiero subrayar la importancia de seguir las recomendaciones y dar pasos para implementar los presupuestos de los años 2013 y 2014", recordó.

El sistema de pensiones no es el único problema al que se enfrenta el Gobierno español a medio o largo plazo. El informe también alerta de que, si no hay cambios en el escenario actual, la deuda pública proseguirá su escalada.

Para 2014 los servicios que dirige Rehn auguran un dato del 97,1% (88,8% de media en la UE), frente al 69,3% de 2011, que se disparará hasta el 114,4% en 2020 y al 129,4% en 2030, más del doble de lo que establece el Pacto de Estabilidad. "Por tanto habrá que tomar medidas para poner el ratio de deuda en una tendencia a la baja y estrechar la diferencia con el 60% del PIB, que es el valor de referencia", dijo.