Bilbao. La deuda de la Comunidad Autónoma Vasca en el tercer trimestre del año ascendía a los 7.103 millones de euros, según las cifras oficiales del Banco de España publicadas ayer. Eso supone, el 10,7% sobre el PIB vasco. Con esa herencia, el Gobierno del lehendakari Urkullu arranca una legislatura en la que la contención del gasto será clave. No en vano, durante los tres años y medio de Gobierno de Patxi López el gasto ha provocado que la deuda no haya dejado de crecer, con una salvedad. En el segundo trimestre de este año la deuda era en 50 millones de euros superior a la del tercer trimestre, por lo que la corrección ya ha comenzado.
Esa misma línea tendrá que seguir el Ejecutivo jeltzale, aunque no lo tendrá fácil. La recaudación, como consecuencia de la recesión, acabará el año por debajo de lo estimado inicialmente, pese a las subidas de impuestos. Además, durante esta legislatura, el Gobierno deberá hacer frente al pago de los intereses acumulados por los préstamos recibidos durante los últimos años. Tomando como referencia el presupuesto en curso, de 10.500 millones, que dedica algo más de 5.200 millones de euros a gastos de personal, se antoja complicado un escenario de contención de gasto que no pase por nuevos recortes. Tal y como recordaba el recién nombrado consejero de Hacienda, Ricardo Gatzagaetxebarria, el nuevo Gobierno deberá aportar 726 millones al pago de intereses en 2014, que serán 831 en 2015.
Durante los últimos cuatro años, la deuda viva de la CAV ha pasado de 990 millones a los 7.103 ya mencionados. Es uno de los aumentos más espectaculares de los protagonizados por todas las comunidades autónomas y, porcentualmente, supone pasar del 1,5% sobre el PIB con el que acabó 2008, al 10,7%.
Detrás de ese adeudo importante se encuentra una importante bajada en la recaudación. El descenso en la recaudación es algo que seguirá afectando severamente a Euskadi, según las previsiones. Según los datos que han cruzado las diputaciones, las haciendas vascas recaudarán 791 millones menos de lo previsto este año, lo que equivale a una caída del 6,5%. Esa cifra debilita de forma severa los flujos de dinero hacia el Ejecutivo vasco y supondrá que Lakua dispondrá de 553 millones menos de lo establecido en sus Presupuestos. A ese desfase hay que sumarle otros 500 millones de euros de ajuste para cumplir con el objetivo del déficit exigido por el Estado, por lo que el volumen del agujero con el que tendrá que lidiar el nuevo Ejecutivo rondará los 1.000 millones de euros. Las haciendas vascas recaudarán este año 11.325 millones de euros, 155 millones menos que en 2011.
Con un nivel de deuda elevado, las perspectivas no son halagüeñas. Las diputaciones ya prevén que el próximo año será de nuevo complicado y que se prevé que la recaudación siga una senda negativa. Las últimas estimaciones apuntan a un nivel de recaudación similar al de 2011, lo que supondría que los ingresos de las haciendas aumentarían algo más de un 1% en 2013, un porcentaje mínimo reflejo de unas estimaciones de un comportamiento de la economía casi plano.