Vitoria. Comité y dirección de Guardian Llodio se volvían a sentar ayer, por quinta vez, en la mesa negociadora del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción que la empresa presentó el pasado 22 de noviembre y en el que se preveían 139 despidos. Y los representantes de los trabajadores, que están en huelga desde el 23 de octubre, se encontraron con la sorpresa de que la dirección les anunció su intención de retirar el mencionado ERE de extinción, que ahora es sustituido por uno de suspensión de unos 45 días por año para toda la plantilla de la factoría alavesa, integrada por unos 650 trabajadores.
Este paso llega después de que hace apenas tres semanas, la empresa, no solo planteara el despido de 139 trabajadores -120 de producción y nueve de oficinas-, sino que esta previsión de despidos se elevara sobre los 120 iniciales, en respuesta, explicaba Guardian, a una situación económica extremadamente delicada ante una previsión para el presente año de unas pérdidas de 24 millones de euros, como consecuencia de la caída generalizada de los mercados del vidrio donde opera, fundamentalmente el del automóvil, el fotovoltaico y el de construcción.
Según informó ayer la empresa en una nota, la dirección mundial de Guardian Industries ha mostrado su apoyo a la planta alavesa en la resolución del conflicto, lo que "supone que la dirección de Llodio cuenta ahora con flexibilidad" para negociar con el comité. La nueva propuesta, según informó LAB, plantea complementar al 85% el salario y el 100% de las pagas y vacaciones, la intención de llevar a cabo 25 amortizaciones de puestos de trabajo en los seis primeros meses de 2013, pero en forma de adhesiones voluntarias y a razón de 45 días por año y tope de 42 mensualidades. En relación al convenio, contempla mantener la ultraactividad una vez finalizada la vigencia pactada, hasta la firma de un nuevo convenio, la necesidad de acuerdo con la representación social para la inaplicación de alguna de las condiciones, excluyendo el arbitraje obligatorio y el mantenimiento de la flexibilidad tal y como se venía aplicando antes del conflicto.
LAB hizo una valoración general "positiva" de la oferta, pese a las discrepancias sobre las causas que puedan motivar el ERE de suspensión. Los trabajadores tenían previsto celebrar por la tarde una asamblea para analizar la nueva oferta de la empresa.