FRANCFORT. De este modo, el banco central alemán se suma al pesimismo mostrado por numerosos organismos internacionales, incluyendo el Banco Central Europeo (BCE), que este jueves recortó sus previsiones para la eurozona para este año y el siguiente, y aplaza la salida de la actual crisis hasta 2014, para cuando espera un incremento del PIB del 1,9% si se solucionan los actuales problemas de la región.
"El 2014, el PIB real podría subir un 1,9% su la crisis bancaria y de la deuda soberana de la zona euro no se agrava y gradualmente disminuye la incertidumbre entre inversores y consumidores", señala el Bundesbank.
En el caso del mercado laboral, que hasta ahora ha demostrado una importante capacidad de resistencia ante la crisis, el instituto emisor germano pronostica que logrará atravesar las dificultades "en buena forma", gracias especialmente al efecto contracíclico de la reducción de jornadas, aunque espera una moderada subida del desempleo hasta el 7,2% en 2013, para posteriormente situarse en el 7% en 2014.
Respecto a los precios, el Bundesbank prevé que la inflación cierre este año en el 2,1% y de ahí se relaje hasta el 1,5% en 2013 y no suba más allá del 1,6% al año siguiente, siempre que se mantenga a la baja la tendencia del precio del crudo y no se aceleren las presiones de precios a nivel doméstico.
La entidad ha advertido de que si la evolución de la economía incumple las expectativas o se intensifica la crisis de deuda en algunos países, el crecimiento del PIB será probablemente menor de lo previsto.
"No obstante, es también bastante probable que la zona euro se recupere antes de lo esperado y que la economía global se acelere con mayor rapidez de lo contemplado en estas proyecciones, lo que permitiría a Alemania aprovechar oportunidades adicionales de crecimiento", destacó el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann.