Vitoria. Europa lanza hoy de forma oficial el salvavidas a las cuatro entidades financieras españolas nacionalizadas. Los ministros de Economía y Finanzas del euro darán su visto bueno definitivo al pago del primer tramo de un total de 37.000 millones que comenzará a llegar a partir del próximo viernes, informó ayer Europa Press. A cambio del dinero, que según el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, no se desaprovechará, las cuatro marcas deberán acometer estrictos planes de reestructuración que dejarán a miles de trabajadores en la calle.

Después de que la Comisión Europea, el BCE y el FMI dieran su autorización al desembolso de la ayuda la semana pasada, la votación de hoy de los ministros económicos es un mero formalismo para terminar de cerrar la operación. El préstamo fue anunciado por el Ejecutivo español a comienzos de junio, cuando se estableció una cifra de hasta 100.000 millones de euros como límite que las entidades podían necesitar. Tras diversos exámenes a la salud del sector, la cantidad estimada en un principio -60.000 millones- se redujo considerablemente, pero no las exigencias de Bruselas a cambio del dinero, empezando por un marcaje mucho más estrecho por parte de los hombres de negro.

El memorándum del rescate a la banca pone como condición pricipal que España cumpla con sus objetivos de déficit. En ese sentido la Comisión ya dio la semana pasada su aprobación a las reformas que ha emprendido Mariano Rajoy hasta ahora, aunque le pide que siga adelante y limite la aplicación del tipo de IVA reducido, aumente los impuestos sobre los carburantes y ahonde en la reforma laboral con el objetivo de reforzar la moderación de los salarios, en la línea de lo propuesto también por la OCDE, el grupo de presión que representa a las principales potencias. En cuanto a las entidades en cuestión, deberán adelgazar su balance financiero en más del 60% y reestructurar plantillas limitando su negocio a áreas muy concretas, abandonando las líneas de créditos en promociones inmobiliarias. Bankia, que recibirá un total de 18.000 millones, tiene que prescindir de 6.000 empleados, aunque la dirección prevé que algunos se puedan recolocar, y cerrar más de 1.100 oficinas. Su presidente aseguró estar dispuesto a "dejarse la vida" para conseguir que Bankia vuelva a tener beneficios y pueda devolver las ayudas al Estado el que, a su vez, deberá pagarlas a la Unión Europea a un interés, según ha informado el ministro de Economía, Luis De Guindos, del 1%. Los otros 18.000 millones del rescate corresponden a Catalunya Caixa, que recibe 9.000 millones, Novagalicia Banco, 5.400, y Banco de Valencia, 4.500. Estas compañías también deberán acometer ajustes de personal, aunque bastante menos numerosos por su menor tamaño, que afectarán a unos 3.300 trabajadores entre las tres.

Además de estos 37.000 millones, se inyectará un primer tramo de 2.500 millones al banco malo, lo que eleva la factura del Estado hasta los casi 40.000. La ayuda que hoy aprueban los ministros de europeos llegará a España a partir del próximo día 7 en forma de letras a 10 meses y bonos a 18, 24 y 36 meses procedentes del fondo de rescate europeo.

La duda que surge a partir de ahora es si las ayudas europeas, que se suman a las recibidas anteriomente del FROB estatal y que en última instancia proceden de los impuestos de los ciudadanos -según algunas fuentes las inyecciones del Estado desde 2008 al sector se sitúan entre 150.000 y 200.000 millones- servirán para salvar las entidades o irán a un pozo sin fondo. Y es que en este caso, además de tener que devolverlo, el préstamo tiene una pesada factura social puesto que perderán el empleo varios miles de trabajadores. La mejor posicionada para salir adelante parece Bankia, que según Goirigolzarri volverá a beneficios el año que viene y ganará 1.200 millones en 2015.

Sin embargo, la fragilidad de Banco de Valencia, Novagalicia y Catalunyabank, que buscan comprador, hace más complicado a priori que puedan aprovechar el chorro de liquidez de los socios europeos. Por otro lado, el próximo 20 de diciembre se aprobará la siguiente tanda de planes de reestructuración para entidades menores, que afectará a Banco Mare Nostrum, Banco Caja 3, Liberbank y Ceiss.