MADRID. En un informe remitido hoy, la agencia de calificación cree que la aprobación por parte de la Comisión Europea de los planes de reestructuración de las tres entidades y del Banco de Valencia -que se integrará en Caixabank- ayudará a restaurar la confianza de los "depositantes y de los inversores de deuda".
"La continuación de programa de saneamiento y de recapitalización parece estar en la senda adecuada, y esperamos que este impulso continúe", indica la firma.
La Comisión Europea aprobó ayer la entrega de 37.500 millones para la recapitalización de estas entidades, a cambio de duras medidas de ajuste, como reducir su tamaño en un 60 por ciento, ajustes en las redes y plantillas, y desinversiones.
Estos bancos tendrán que dejar de dar préstamos inmobiliarios, y se centraran en préstamos al por menor, y a las pequeñas y medianas empresas.
Todos los bancos tendrán que vender sus participaciones industriales, y además BFA-Bankia y Catalunya Banc cederán los títulos de renta fija que poseen en su cartera de valores negociables y de tesorería.
Catalunya Banc también cederá la totalidad de sus fondos de capital riesgo.
Para Fitch, aunque el proceso de reestructuración es positivo, existen "desafíos", y cita en particular el proceso de desinversión en las tres entidades en sus negocios no estratégicos.
Según dice, la venta de las carteras de valores y negocios de tesorería, así como de los fondos de capital riesgo, "tendrá dificultades si las condiciones de debilidad de mercado prevalecen".
La firma de calificación también alerta de otra cuestión derivada de la reestructuración, como es que el sector financiero español estará todavía más polarizado entre dos grupos de entidades, unas "débiles", con problemas, y que tendrán que reducir su tamaño, y otras "fuertes" que aprovecharán las circunstancias para ganar aún más cuota de mercado.