Bilbao. La dirección de ELA aprovechó ayer la presentación del XIII Congreso del sindicato para advertir al próximo Gobierno Vasco de que si opta por ajustar el gasto destinado a servicios públicos y sociales se encontrará con la contestación de la central abertzale. "El que vaya por la vía de los recortes sabe que ELA se va a movilizar", afirmó ayer Adolfo Txiki Muñoz, que en enero será reelegido secretario general del sindicato para otros cuatro años.
La central mayoritaria de Euskadi, con el 40% de la representación en las empresas, celebrará su XIII Congreso en "una coyuntura tremendamente dura, pero que supone una gran oportunidad para quienes creemos en las políticas sociales", resumió ayer Muñoz. El Congreso tendrá lugar los días 23 y 24 de enero en el Palacio Euskalduna, y contará con la presencia de 736 delegados sindicales, cifra similar a la de la pasada cita de finales de 2008 pero de los que casi la mitad son delegados nuevos que no estuvieron presentes hace cuatro años. Este es un síntoma, explicó ayer Muñoz, de la renovación constante a la que se somete ELA, como también lo es el hecho de que haya mayor número de mujeres tanto en el Congreso como en el Comité Nacional, subrayó. Por otro lado, el secretario general destacó que los cuatro máximos responsables de las cuatro federaciones -Metal, Gizalan, Servicios Privados y Hainbat- tienen menos de 40 años.
En cuanto al Comité Ejecutivo, volverá a estar formado por los mismos miembros aunque se incorpora el área de Desempleo que dirigirá Leire Txakartegi, responsable también de igualdad de género y juventud. Por tanto, el alavés Adolfo Muñoz, Txiki, que sustituyó a José Elorrieta al frente de ELA hace cuatro años, será reelegido secretario general para otros cuatro más.
El propio Muñoz explicaba ayer que los retos del sindicato seguirán apoyándose en sus dos patas tradicionales -"el conflicto de clase y el conflicto nacional"- pero dando prioridad a "organizar tanto al que tiene trabajo como al que no". En este sentido, ELA tratará de potenciar la afiliación y mantenerse fuerte en el seno de las empresas para tratar de bloquear los efectos adversos que puede traer la última reforma laboral. Además de la organización en los centros de trabajo, Muñoz advirtió de que habrá confrontación en las calles si el próximo Ejecutivo vasco opta por meter la tijera a los servicios públicos y a las prestaciones sociales para cuadrar las cuentas, aunque mantiene su apuesta por dialogar con la clase política vasca partiendo de la base de que "ELA no está subordinada a ningún partido político ni al capital", aseveró.
Respecto a los aliados sociales y sindicales, volvió a criticar la participación de CCOO y UGT en foros de diálogo social con las instituciones y las patronales y reiteró que LAB, socio con el que ha convocado cinco huelgas generales desde mayo de 2009, sigue siendo la primera opción. Eso sí, Muñoz matizó que su organización busca "una alianza sin distorsiones impuestas por la política partidista", dijo en referencia a los vínculos entre la central que dirige Ainhoa Etxaide y Bildu, que ya han llevado a los dos grandes sindicatos abertzales a más de un desencuentro.