MADRID. La institución que preside Luis María Linde analiza en su boletín la evolución del paro durante la crisis, desde los dos millones de desempleados existentes a finales de 2007 a los casi 5,8 millones del tercer trimestre de 2012.

El Banco de España sostiene que desde el inicio de la crisis se han vivido tres fases en el empleo: la primera abarca desde mediados de 2008 hasta mediado el ejercicio 2009; la segunda alcanza hasta mediados de 2011, y la tercera arranca a mitad del año pasado y llega hasta el momento actual.

En la primera fase, correspondiente a los primeros compases de la crisis, el Banco de España subraya que el aumento intertrimestral del paro, en términos desestacionalizados, mostró un "crecimiento extraordinario", superior a las 500.000 personas en algunos trimestres, explicado fundamentalmente "por la intensidad de la pérdida de empleo".

En esta primera fase, precisa, se incrementó la incidencia del desempleo entre los hombres, principalmente de 35 a 44 años, de educación baja o media y de nacionalidad extranjera.

También esta primera etapa de la crisis afectó en mayor medida a los más jóvenes (de 16 a 24 años), que experimentaron un "fuerte repunte" de la tasa de salida del empleo hacia el paro, que ha continuado en el periodo reciente, hasta alcanzar el 12,5% este año. A su vez, este grupo de edad es, según el Banco de España, el que más ha reducido la probabilidad de salir del paro hacia el empleo, desde el 38,4% de 2007 al 14%.

Asimismo, el Banco de España explica que en los primeros momentos de la crisis se incrementaron de "forma notable" las entradas al paro como resultado de la intensidad del recorte de puestos de trabajo, duplicando prácticamente los datos anteriores a la crisis, hasta alcanzar cerca del 5% del empleo en cada trimestre.

EL "EFECTO DEL TRABAJADOR ADICIONAL" También en esos primeros movimientos de la crisis, las entradas al desempleo desde la inactividad mostraron una tendencia creciente. Esto puede reflejar, en opinión del organismo emisor, lo que se conoce como el "efecto del trabajador adicional": aquellos que desde la inactividad se incorporan a la búsqueda de empleo para ayudar económicamente a sus familias ante diversas situaciones, como la entrada en el paro de otro miembro del hogar.

En el caso de los flujos de salida del paro, la tasa de salida se redujo "notablemente" en esta primera fase, desde el 35% observado en 2007 hasta cerca del 20% en 2009, sin que, según el Banco de España, se apreciara un "efecto desánimo" entre los desempleados que les llevara a la inactividad tras permanecer un tiempo en el paro.

La tasa intermedia de la crisis (desde mediados de 2009 a mediados de 2011) se caracterizó, en opinión de la institución, por la moderación en el crecimiento del paro, debida en este caso a que la caída neta del empleo fue "menos intensa" y a que la población activa hizo menores aportaciones. La tasa de salida del paro en esta segunda etapa mantuvo una tendencia decreciente "relativamente suave", con el número de parados aumentando, lo que implicó un repunte de las salidas del paro.

LA FASE ACTUAL, "DE RECAIDA" En la tercera fase, la del momento actual, denominada por el Banco de España como "de recaída", el paro ha vuelto a repuntar hasta el entorno de las 200.000 personas por trimestre, un dato que la institución explica en un nuevo incremento de la pérdida neta de empleo, pues la población activa está teniendo una contribución "nula".

En esta etapa, que comienza a mediados de 2011, se ha producido un nuevo repunte de las salidas del empleo hacia el desempleo, hasta niveles "algo por encima de los observados al inicio de la crisis", así como por un descenso adicional de las tasas de salida del paro hacia el empleo, hasta situarse en el 15%. El Banco de España precisa que el aumento del desempleo no está siendo en la fase actual tan acusado como en la primera etapa de la crisis porque el nivel de salidas del paro, aunque a la baja, todavía supera al registrado a comienzos de la crisis.

Mientras que en la primera fase de la crisis se incrementaron notablemente las incorporaciones al paro desde la inactividad en la franja de 35 a 44 años, en esta fase de recaída esto también se está detectando en el colectivo de 45 a 54 años. Por su parte, los trabajadores de mayor edad han mantenido a lo largo de la crisis un mejor comportamiento relativo, a pesar de que su probabilidad de salir del paro es la más baja entre todos los grupos de edad.